El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, vivirá su primera gran prueba de fuego para defender la nueva financiación singular de Cataluña en la Conferencia de Presidentes autonómicos que se celebra este viernes en Santander. La cita llega en un momento de máxima tensión entre PP y PSOE por las causas judiciales abiertas contra el entorno del presidente español, Pedro Sánchez. Pero Illa también tiene su dosis de presión por parte de los partidos independentistas, que le acusan de subyugar su acción de gobierno a los intereses de Madrid.

Illa y Sánchez también tendrán que enfrentar la oposición frontal del PP a la financiación singular catalana. El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, ha avisado que la Conferencia de Presidentes no es el lugar para hacer frentes comunes contra nada y ha advertido que la actitud de los populares es un “mal preludio” para la cita. El gobierno español ha aceptado a regañadientes abrir la reunión a temas que no sean la vivienda. “Nosotros venimos desde el gobierno de España con voluntad de avanzar en cuestiones muy importantes como la vivienda”, ha dicho en una entrevista a TVE, pero “podemos hablar de financiación e inmigración y escuchar”.

Los independentistas vigilan a Illa

Desde ERC reclaman al presidente de la Generalitat que acelere en el cumplimiento de los acuerdos de investidura. Aunque su Gobierno ha impulsado varias leyes que el gobierno de Pere Aragonès había dejado listas, los republicanos centran su atención en dos aspectos clave del acuerdo y del éxito de los cuales depende buena parte de sus opciones de recuperar el terreno perdido en el último ciclo electoral: el traspaso de Rodalies y la financiación singular. Y es precisamente en este último que los republicanos reclaman avances tangibles antes de sentarse a negociar los presupuestos catalanes de 2025.

El presidente del Gobierno, Salvador Illa, en el pleno del Parlamento / Bernat Vilaró / ACN

Por su parte, Junts intenta desmarcarse tanto como puede tanto del PSC como de sus socios de investidura para presentarse como “la única alternativa” en Cataluña. Los de Carles Puigdemont llevan semanas acusando a Illa de inacción política por su tímida implicación en negociaciones importantes para el país como la senda del déficit, los impuestos a bancos y energéticas, el traspaso de las competencias en inmigración o la oficialidad del catalán en Europa.

Reunión de alto voltaje

La cita de Santander llega en un mal momento para el PSOE, que está en horas bajas por su debilidad parlamentaria y con Sánchez acosado por las causas judiciales en su entorno. Su esposa, su hermano y su ex mano derecha, José Luis Ábalos, están en el punto de mira de la justicia y sus casos amenazan con salpicarle personalmente en cualquier momento. La Moncloa quiere que la reunión tenga como protagonista su tema estrella de este año: la crisis de la vivienda. También está sobre la mesa la financiación autonómica —que se debe reformar en conjunto, aunque el tema estrella será la financiación catalana—, la inmigración y los recursos sanitarios.

Todos los expedientes se negociaron en la reunión preparatoria que se celebró el pasado 28 de octubre, pero la agenda política ha quedado tapada en las últimas semanas por la crisis de la DANA en la Comunidad Valenciana y los constantes choques entre PP y PSOE por cuestiones de política nacional. Sánchez ha preparado meticulosamente la Conferencia de Presidentes y se ha reunido con todos los dirigentes autonómicos, excepto con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, para recoger las demandas e inquietudes de todos los territorios antes de la cita de este viernes en el Palacio de la Magdalena. 

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