El gobierno catalán tiene previsto aumentar alrededor de un 9% el presupuesto del Departamento de Educación, que este año podría superar los 7.000 millones de euros de dotación si se aprueban las cuentas. Esto supondría un incremento de más de 500 millones de euros respecto a las cuentas del 2023. El anuncio se produce en plena crisis política y social por los malos resultados de las pruebas PISA, en las que los estudiantes catalanes han empeorado de manera sustancial en materias clave como la comprensión lectora o las matemáticas.
Para revertir los malos resultados, la Generalitat ha iniciado una ronda de contactos con los grupos parlamentarios y los agentes sociales. A finales del año pasado se consensuó la creación de un grupo de trabajo para impulsar medidas de mejora en el sistema educativo catalán a corto y medio plazo, con la previsión de que las primeras propuestas se puedan consensuar durante la primera mitad del año y algunas se puedan implementar ya en el próximo curso.

Este mismo martes, el gobierno catalán dio luz verde al grupo de 18 expertos liderados por el presidente del Consejo Escolar de Cataluña, Jesús Vinyes, que tiene que comandar el proceso de reforma. Está previsto que antes de un mes estos expertos tengan listo un primer documento de trabajo para empezar el debate con los partidos y el resto de actores de la comunidad educativa. El objetivo es conseguir una propuesta consensuada tanto a escala política como social para que tenga el máximo recorrido posible y pueda resistir los cambios de gobierno y de coyuntura económica.
La negociación de los presupuestos, encallada
El aumento de la dotación para el Departamento de Educación está vinculado a la aprobación de los presupuestos de 2024, que todavía se tienen que empezar a negociar. El gobierno de Pere Aragonès ya tiene preparada una primera versión de las cuentas y se han hecho los primeros contactos, pero de momento las conversaciones están muy verdes. El PSC no quiere negociar nada hasta que haya adelantos en la comisión bilateral que tiene que abordar la ampliación del Prat y en el planeamiento urbanístico del Hard Rock. Desde Junts presionan a ERC para que no haga un intercambio de cromos con el PSOE en Madrid y los comunes y la CUP intentan influir en la elaboración de las cuentas sabiendo que, si hay un pacto entre ERC, Junts y el PSC, poco podrán hacer.