Cataluña se prepara para entrar en fase de emergencia después de tres años de sequía y un otoño poco lluvioso. La portavoz del Gobierno catalán, Patrícia Plaja, ha definido la situación de las cuencas internas catalanas como “extremadamente preocupante” por la falta de lluvias y ha alertado que los embalses están al 19% de su capacidad, un “nivel bajísimo”. La Generalitat avisa que para “revertir la situación actual hacen falta episodios de manera continuada y persistente”, pero el Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat) no prevé cambios a medio plazo.
“Hace falta tanta agua que todo hace prever que el próximo escenario será entrar en fase de emergencia”, ha reconocido la portavoz del Gobierno. “Septiembre y octubre no han sido lluviosos, por debajo de los mínimos históricos”. De hecho, según ha explicado el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Samuel Reyes, hacía más de un siglo que Cataluña no tenía unos registros pluviométricos tan bajos. La situación es tan complicada que Reyes ha avanzado que la ACA ha empezado los trabajos para construir dos nuevas plantas potabilizadoras en el Besòs que estaban previstas para 2027.
Más restricciones en Barcelona a finales de año
Reyes también ha avanzado que la cabecera del Llobregat también empieza a estar afectada. La comisión interdepartamental de sequía ha acordado que 23 municipios del Berguedà, el Solsonès y el Ripollès pasen de la fase de alerta a fase de excepcionalidad. Está previsto que el ACA se reúna con los diferentes ayuntamientos afectados para explicar qué implica el cambio de fase. La previsión del Gobierno es que la región metropolitana de Barcelona, que incluye a la mayor parte de la población del país, no entre en fase de emergencia hasta diciembre, a pesar de que Vallirana (Baix Llobregat) se ha avanzado y ha pedido más restricciones. El municipio, de 23.000 habitantes, no está conectado en la red de distribución de Aigües Ter-Llobregat (ATLL) y sus recursos propios se están agotando.

Según los datos del ACA, en los últimos tres años Cataluña acumula un déficit pluviométrico del 30% anual. Reyes ha asegurado que hay que movilizar más recursos y acelerar las inversiones. También ha pedido más responsabilidad a la ciudadanía para intentar limitar el consumo de agua. Ha recordado que Cataluña ha tardado el doble de tiempo que en 2008 a llegar al 19,4% de capacidad de los embalses gracias a la mejor planificación.