El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha apostado por gobernar en minoría durante la segunda mitad de la legislatura y buscar acuerdos estables con Junts y otros partidos en el Parlamento. Después de una reunión extraordinaria del ejecutivo este viernes, Aragonès ha asegurado que durante los dos próximos años la prioridad es la “defensa de los derechos y las libertades de Cataluña” y ha avanzado que ha dado instrucciones a sus consejeros para que trabajen para “ampliar derechos y reducir desigualdades” ante “la amenaza y riesgo de retroceso” que supone un gobierno del PP y Vox en Madrid.
Aragonès ha defendido que dirige un gobierno “sólido y eficaz”, pero ha reconocido que con la aritmética actual el principal reto que afronta es “garantizar la estabilidad parlamentaria” para sacar adelante su agenda legislativa. Igualmente, el presidente de la Generalitat ha descartado específicamente que Junts pueda volver al Gobierno como parte de la propuesta de frente unitario que ha impulsado. A pesar de los tímidos adelantos en la recomposición de la unidad independentista, Aragonès se ha mostrado confiado que los partidos “encontrarán la manera de ir juntos” a Madrid después de las elecciones.

El protocolo de la B-40, a punto
El presidente de la Generalitat ha confirmado que el protocolo de la B-40 está “a punto” de ser firmado y ha recalcado que lo más “importante” del pacto con el Ministerio de Transportes son los 914 millones de euros que se transferirán a las arcas catalanas para hacer infraestructuras pendientes. “Tenemos [el protocolo] a punto para firmar”, ha dicho. “Todas las partes tienen que hacer su trabajo”. Aragonès considera que el pacto con el gobierno español se tiene que respetar independientemente de quién haya en la Moncloa, a pesar de que el Gobierno apuesta por cerrar la transferencia de los fondos tan pronto como se pueda, incluso si el ejecutivo de Pedro Sánchez está en funciones.
El doble acuerdo entre la Generalitat y el Ministerio de Transportes incluye la construcción del tramo de la B-40 entre Sabadell y Terrassa y la transferencia de 914 millones a través de una encomienda de gestión para que el Departamento de Territorio licite y ejecute obras como la mejora de la C-32 en el Maresme (384 millones); los accesos de la AP-7 y la AP-2 (250 millones); la mejora de la N-260, conocida como el Eje Pirenaico (260 millones) y dos intercambiadores nuevos entre Cercanías y FGC en Sant Cugat (20 millones).