A Felipe de Borbón le pusieron el apodo de “El Preparado”. Y posiblemente, se haya ganado el calificativo porque sus visitas, sobre todo a Cataluña, se tienen que ‘preparar’ mucho. Muchísimo. Tanto es así que incluso se ha tenido que cerrar a cal y canto todo un macizo simbólico como Montserrat para que pueda celebrar una visita en el marco del Milenario de Cataluña. Una visita que ha aplaudido con entusiasmo el actual padre abad, Manel Gasch, y que ha despertado los recelos de varias instituciones vinculadas a la abadía, como la Liga Espiritual de la Madre de Dios de Montserrat, o la moción aprobada por una inmensa mayoría del pleno del Ayuntamiento de Manresa contra la visita del monarca español.

El anuncio de la visita puso en marcha una de las entidades que cuenta con decenas de irreductibles dispuestos a hacer ruido, manifestarse y protestar. La ANC, meritoriamente, ha reunido a cientos de personas que han llegado a la abadía, a pesar de un firme control policial a través de varias columnas que han salido de diversos puntos a las seis de la mañana. De hecho, se ha tenido que lamentar el infarto de uno de los miembros de la ANC que ha sido evacuado por el Sistema de Emergencias Médicas, cuando se dirigía desde Monistrol hacia el monasterio.

A las siete de la mañana, las unidades antidisturbios de los Mossos d’Esquadra han desplegado el dispositivo de seguridad que acordonaba las entradas a la abadía. Controles de mochilas, zonas de paso restringido —excepto si eras un turista japonés— y acordonamientos por los accesos directos al templo y la cripta de la Madre de Dios de Montserrat. Tanto es así que ha habido un momento de tensión a las ocho y pocos minutos de la mañana cuando un guardia de seguridad ha retirado de malas maneras una estelada en el alféizar de la figura de la Madre de Dios o la revisión de arriba a abajo, con perros y policías por todo el templo. No ha sido la única bandera independentista que se ha retirado, en la concentración frente a la estación del cremallera, con la excusa de que quitaban palos, uniformados, de paisano y seguridad privada retiraban con todo el fervor las banderas.

Miembros de seguridad retiran esteladas a los manifestantes y se las llevan a Montserrat/Quico Sallés
Miembros de seguridad retiran esteladas a los manifestantes y se las llevan a Montserrat/Quico Sallés

Concentración, empujones y el gato y el ratón

A medida que avanzaba la mañana, decenas de personas, con esteladas y simbología contra la corona, se han concentrado de manera pacífica frente a la estación del cremallera. La Brimo ha articulado una línea policial, pero, eso sí, sin casco ni escudos. De hecho, el jefe de la región central de los Mossos d’Esquadra, el comisario Anfruns, ha demostrado oficio y se ha quedado a un metro de la línea para controlar que ningún uniformado se pasara de la raya y luego tener que lamentar imágenes de alguien que mata moscas a cañonazos. De hecho, uno de los secretos de la jornada es que un conocidísimo activista del independentismo irreductible, se ha puesto una mascarilla sanitaria con la bandera española bien ostentosa y ha podido pasar comodísimamente las dos primeras líneas policiales, donde vetaban la entrada a los sospechosos de ser independentistas.

A pesar de la prudencia policial y que los manifestantes solo cantaban consignas contra la presencia del Borbón, contra el anfitrión del monasterio y contra los Mossos, ha habido alguna escena de jaleo, momentos de tensión, golpes, empujones. Al final, la protesta ha terminado con dos denunciados, el organizador y un manifestante por golpear a un agente con una bandera, y una docena de identificados. Entre los manifestantes, los diputados de Junts per Catalunya, Francesc de Dalmases y Ennatu Domingo, el exsecretario de organización de los juntaires, David Torrents, así como Cesc Iglésies, uno de los hombres de más confianza política de Oriol Junqueras, además del presidente de la ANC, Lluís Llach, y su vicepresidente, que ha actuado de maestro de ceremonias, Jordi Pesarrodona, así como incansables activistas de la causa independentista.

Después de gritar “¡Cataluña no tiene rey!”, “¡Al Borbón que lo cuelguen del cojón!”, “3 de octubre ni olvido ni perdón!”, o los “Mossos son policía española” o “Montserrat será siempre nuestro, el centenar largo de concentrados han desplegado como el capó de un coche, una enorme estelada y han intentado superar el cordón policial. No han podido, empujones, golpes y la contraofensiva de los agentes de la Brimo han detenido la marcha y han identificado a uno de los manifestantes, aunque el hombre solo estaba protegiendo a un anciano que se encontraba en el suelo. La cosa no ha ido a más. Muchos gritos de los manifestantes contra los policías, golpes de resistencia de los uniformados y aquí paz y después gloria.

Una imagen en altura del inicio de la protesta de la ANC en Montserrat/Quico Sallés
Una imagen en altura del inicio de la protesta de la ANC en Montserrat/Quico Sallés

¿Ha llegado el rey?

Una vez calmados los ánimos, el sol ha hecho de las suyas entre los manifestantes, y la policía se ha relajado. Los manifestantes se han quedado frente a la estación del cremallera bloqueando el paso a hipotéticos vehículos que podrían pasar hacia la abadía. Pero se han tenido que conformar con la llegada de señores y señoras muy elegantes que entraban a pie, invitados por el patronato, como el exconsejero Lluís Recoder o el banquero Josep Oliu que han pasado al lado de los independentistas con una sonora pitada de banda sonora. No ha pasado ningún coche y han comenzado las especulaciones sobre si había llegado el monarca o no.

La noticia que ha llegado ha motivado la desconvocatoria de la protesta, pero los Mossos no dejaban volver a los que habían subido desde Monistrol. Así que han dado media vuelta y muchos han decidido regresar por la zona de los aparcamientos, que la policía tenía cortada. Así ha comenzado un baile de ida y vuelta que parecía el juego del gato y el ratón entre policías y manifestantes que, como el tres en raya, ya sabrías cómo acabaría. Pero ha habido sorpresa final, cuando de repente, ha llegado un helicóptero grande y blanco. Era el monarca que llegaba. La aeronave aterrizaba en los aparcamientos de los autocares y entraba por la puerta trasera de la abadía, la que da al camino de los Degotalls.

Ha habido un pico de protesta, pero pronto se han calmado los ánimos. Solo se ha mantenido la protesta de una treintena de personas que no podían volver a pie hacia Monistrol. La pareja de Mossos de mediación ha hecho su trabajo y ha solucionado lo que era un estorbo para acabar bien la jornada y sin llenar de papeleo a los policías. Se ha terminado la protesta, muchos se han ido, otros han comido y algunos, no pocos, han ido a la tienda de recuerdos donde venden de todo y más con la imagen de la Moreneta. No eran mucha gente, pero más de la que esperaban. “Al menos, hemos vuelto a demostrar que si el rey español quiere venir, lo tiene que hacer acompañado de la policía”, ha concluido Ramón a uno de los más veteranos de los últimos años de lucha independentista.

Policías detienen a los manifestantes de la ANC contra la presencia de Felipe de Borbón en Montserrat/Quico Sallés
Policías detienen a los manifestantes de la ANC contra la presencia de Felipe de Borbón en Montserrat/Quico Sallés

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