Día histórico en el Congreso de los Diputados. El pleno ha iniciado este martes a mediodía la tramitación de la reforma del reglamento de la cámara para permitir el uso del catalán, el vasco y el gallego como lenguas de trabajo, sin peligro de recibir una amonestación o expulsión por parte de la presidenta. A pesar de que el cambio no será oficial hasta el jueves, cuando se votará la medida, un acuerdo de la Mesa de la semana pasada ha hecho posible las primeras intervenciones en catalán en el hemiciclo. El portavoz de ERC en la cámara, Gabriel Rufián, ha sido lo primero en intervenir catalán. «Por fin, después de más de 40 años, se reconocen los derechos de todo el mundo», ha espetado el diputado. «Es un honor ser lo primero a hacer un discurso íntegramente en catalán en el Congreso».
El pleno ha empezado con polémica. La presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, ha tenido su primer enfrentamiento verbal con la portavoz del PP, Cuca Gamarra, y ha advertido a la portavoz de Vox, Pepa Rodríguez, cuando intentaba pedir la palabra para interrumpir el discurso del diputado socialista José Ramón Gómez Besteiro, que en aquel momento hacía una intervención en gallego y castellano para presentar la reforma del reglamento. Después del tira y afloja, los diputados de Vox han decidido marcharse del Congreso y los del PP se han quedado, pero sin hacer uso de los sistemas de traducción simultánea que la cámara ha puesto a su disposición.
Después de tener un recuerdo para el exdiputado de ERC Joan Tardà, Rufián ha cargado contra el PP y Vox por haber convertido el simple hecho de hablar catalán en el Congreso en un “acto revolucionario” y les ha reprochado su actitud. “Muchas de sus críticas son literalmente una oda a la ignorancia”, ha espetado. “Ni el castellano está perseguido ni amenazado en Cataluña, ni el catalán es patrimonio exclusivo del independentismo. El catalán es de todo el mundo”. El diputado republicano se ha felicitado por “el éxito” del “acuerdo histórico» que su partido ha arañado al PSOE en las negociaciones postelectorales.

Un cambio que pone fin a un agravio histórico
En el marco de las negociaciones para formar la Mesa del Congreso, en la cual el PSOE y Sumar tienen mayoría, ERC, Bildu, el PNB y el BNG pactaron un cambio en el reglamento para reflejar la “pluralidad lingüística” del estado español. La reforma contiene un solo artículo que modifica los artículos 6, 60, 70, 92, 96 y 97 del Reglamento del Congreso de los Diputados. También añade una disposición transitoria, una adicional y una final. El principal cambio es incluir en el artículo 6 el “derecho de utilizar en todos los ámbitos de la actividad parlamentaria” –incluidos intervenciones al pleno y entrada de escritos a registro– “cualquiera de las lenguas que tengan carácter oficial en alguna comunidad autónoma de acuerdo con la Constitución y el correspondiente Estatuto de Autonomía”.
El primer secretario de la Mesa del Congreso, Gerardo Pisarello, ha asegurado que permitir el uso del catalán, el eusquera y el gallego en la cámara baja es una “revolución tranquila”, puesto que se trata de un momento “histórico” que permite la “normalización de algo que ya existía”. Pisarello ha pedido a PP y Vox “no dramatizar” con la reforma del Reglamento porque es una cosa que ya pasaba en el Senado y también ha habido sesiones en el Congreso “donde se escucharon las lenguas del Estado”. Con la modificación del Reglamento se busca dar un “reconocimiento jurídico” al uso de las lenguas cooficiales, puesto que hasta ahora quedaba todo en la buena voluntad de la presidencia del Congreso, que normalmente optaba por no permitir su uso y en los últimos años incluso se había llegado a expulsar a diputados por hablar en catalán.
Las traducciones simultáneas, en manos de seis intérpretes
Mientras no se pone en marcha un sistema definitivo, el Congreso ha empezado a hacer las traducciones simultáneas con un equipo de seis intérpretes homologados y 650 auriculares que están a disposición de los diputados. También se han utilizado las dos pantallas gigantes que ya hay en el pleno para ofrecer las intervenciones con subtítulos. El gasto de los auriculares sube a 7.600 euros, mientras que los aparatos que reciben la señal de la traducción simultánea costarán unos 46.000 euros más hasta finales de año. En cuanto a los intérpretes, se trata de un total de seis traductores que forman parte de una bolsa de 12 que harán turnos y cobrarán entre 80 y 100 euros la hora.