El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha reconocido que las relaciones con Junts continúan rotas. A pesar de los gestos de esta semana, no hay contactos con el partido independentista y Sánchez confía en que su ejecutivo sabrá reconducir la situación si tiene “paciencia”. Fuentes de la Moncloa, en cambio, señalan que la clave para la “normalización” de las relaciones Junts-PSOE es el retorno del exilio de Carles Puigdemont. Hasta que no pueda volver –está pendiente de la aplicación efectiva de la ley de amnistía para poder salir de Waterloo y poner rumbo a Cataluña–, no se podrá recomponer la legislatura ni se podrá hablar de normalidad política en Cataluña.
El problema es que pasarán meses antes de que haya la primera oportunidad de certificar el retorno de Puigdemont. El Tribunal Constitucional advirtió que no resolvería los recursos de amparo que tiene sobre la mesa hasta después de Navidad. La Moncloa confía en que hacia marzo o abril el TC ya habrá terminado las sentencias sobre la amnistía y su aplicación en los casos de malversación, momento en el cual la “legislatura se puede recomponer” porque Puigdemont verá mucho más claro el camino del retorno. Al mismo tiempo, fuentes del PP consideran que Junts ha descartado dar apoyo a una hipotética moción de censura y creen que, mientras haya legislatura, Sánchez cumplirá con los compromisos para intentar llegar al 2027.

Agotar una legislatura difícil, prioritario
En una conversación informal durante el acto de celebración del Día de la Constitución en Madrid, Sánchez ha insistido en que la intención de su gobierno es agotar la legislatura, que termina en 2027, y considera que la mayoría de los socios en el Congreso están de acuerdo en alargarla. A pesar de todo, la ruptura con Junts, la disputa entre Podemos y Sumar por el voto a la izquierda del PSOE y el caso Cerdán pueden hacer saltar los planes de Sánchez en cualquier momento. Incluso ERC y el PNV, dos de los socios más fieles de los socialistas, han advertido que si la trama de comisiones salpica al PSOE romperán con Sánchez y exigirán la convocatoria de elecciones.
El presidente español ha insistido en que quiere cumplir su promesa de agotar la legislatura hasta 2027 para poder “continuar avanzando contra el retroceso” que, a su criterio, representan PP y Vox. Sánchez cree que, a pesar de la ruptura de Junts, todavía dispone de apoyos para impulsar algunas medidas en el Congreso, y por eso ha insistido en que su gobierno llevará los presupuestos generales del Estado a la cámara baja aunque no tenga los votos para aprobarlos. A pesar del “cuadro complejo” que tiene por delante, el gobierno español ha logrado ganar todas las batallas legislativas importantes, considera Sánchez. En este marco, cree que más allá de Junts, los socios mantendrán su apoyo. Ha hecho una mención especial al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que “es un gran valor” de los republicanos, y de quien hay “muchas cosas que aprender” en redes sociales.
Los incumplimientos de Sánchez y la reunión con Puigdemont
En un movimiento poco habitual en él, Sánchez ha decidido cambiar de discurso y ha admitido que la relación con Junts está rota. «Asumo los incumplimientos y los retrasos que Junts ha criticado», admitió Sánchez en dos entrevistas concedidas el lunes. «No niego la gravedad de la crisis que tenemos con Junts”, dijo con tono compungido y grave. Entonces, el presidente español reconoció que una reunión con Puigdemont en Waterloo (Bélgica) no solucionaría el problema de relación con Junts. “No estamos en este punto”, dijo Sánchez, que tuvo que admitir que las conversaciones con el partido independentista “están rotas”.

