Galicia, como en el año 2002, afronta una crisis medioambiental a sus costas. Y como pasó cuando el barco petrolero
El 18 de febrero, de aquí en un mes y una semana, los gallegos acudirán a las urnas para decidir quién los gobernará los próximos cuatro años, si el Partido Popular o una coalición del BNG con el PSOE, el pacto más probable si la derecha pierde la mayoría absoluta. De hecho, las primeras encuestas seguirían dando una mayoría absoluta al PP, pero solo por un escaño.

Los sondeos publicados hasta ahora confirman la posición de fuerza del Bloque Nacionalista Galego (BNG) como alternativa a los populares, y Podemos y Sumar se llevan un batacazo político de grandes dimensiones. Solo la encuesta de
Según Ventura, esta crisis no causará la caída del PP, a pesar de que sí que lo puede «erosionar». Y señala que «todo dependerá de si aquella parte de la izquierda gallega que no fue a votar acude ahora a las urnas y rompe el equilibrio de fuerzas histórico en Galicia». El columnista, pero, pone énfasis en la importancia del papel de la izquierda gallega y advierte que el gobierno de la Xunta es «débil» y que esta crisis le puede pasar factura si «la izquierda no hace el idiota».
Sobre el impacto que puede tener el nuevo desastre ecológico en las elecciones, Cristóbal López, de Ecologistas en Acción, señala que «este desastre no es culpa de la Xunta, ni de España» pero que, aun así, les puede pasar factura. «Si esto perjudica al Partido Popular es por la gestión del vertido. Si salen perjudicados es por culpa suya. Si el primer día hubieran estado al caso del desastre y hubieran liderado la limpieza, los habría dado votos», argumenta. Una valoración con la cual coincide Estíbaliz López-Samaniego, de la Asociación Española de la Basura Marina, quien dice que «desgraciadamente las reacciones a los vertidos suelen ser lentas y con un grave desconocimiento». «Hay que ser más ágiles al abordarlo», alerta, y asegura que espera que este caso «pase factura al PP por su gestión del desastre».
La Xunta de Galicia, señalada
El colectivo Noia Limpa ha elaborado un mapa donde destacan los avistamientos de pélets a la costa gallega. La importancia de este colectivo es máxima, puesto que denuncia que las primeras informaciones aparecidas sobre la presencia de pélets a las aguas gallegas se remontan al 12 y 13 de diciembre. Desde la asociación destacan que «alrededor de los días 12 y 13 de diciembre del 2023 empezaron a encontrarse grandes cantidades de pélets de plástico, en sacos de 25 kilos, dispersados a las rías baixas, especialmente en la ría de Muros y Noia».

Los datos del colectivo chocan por completo con la acción política de la Xunta de Galicia, que mantuvo la fase 1 del plano anticontaminación Camgal hasta que la presión de los mismos activistas gallegos, el gobierno español y la comparación con la comunidad vecina, Asturias, –que activó la fase 2 del Plan por Contaminación Marina Accidental antes de que los gallegos- hiciera que la administración que preside el popular Alfonso Rueda acabara dando su brazo a torcer y activara la fase 2.
Joaquim Ventura destaca que «las costas de Portugal [donde cayeron los contenedores de pélets] no son como las de Galicia. Portugal es recta, lisa, y Galicia tiene rocas, rías que tienen entrantes, especialmente en la zona del Cabo Sileiro«.
Muchos usuarios de redes sociales, indignados con la respuesta hecha desde la Xunta de Galicia, han comparado la acción, o inacción, de los varios gobernantes respecto del desastre del
Joaquim Ventura, pero, ve diferencias entre el caso del
La Unión Europea llama la atención al Estado español
La gestión de la crisis de los pélets ha llegado a la Unión Europea, que ha estirado de las orejas al Estado español. El Comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, ha alertado de los peligros de los pélets: «Las 25 toneladas de pélets de plástico que se derramaron a la costa gallega amenazan el medio marino y actividades económicas como la pesca». No fue la única voz autorizada europea que criticó el papel español, puesto que el portavoz de Medio ambiente de la Comisión Europea, Adalbert Jahnz quiso alertar sobre el peligro que suponen los pélets: «La Comisión es muy consciente de los impactos adversos de la contaminación por microplásticos y en particular la pérdida de pélets de plástico en el medio ambiente”, dijo.