El intento de censurar El meu avi del tradicional Canto de Habaneras de Calella de Palafrugell ha iniciado la batalla política, especialmente por parte de los partidos independentistas. La decisión de la alcaldesa del municipio ampurdanés, la socialista Laura Millán, ha provocado diversas protestas, tanto sociales como desde las formaciones. Sin ir más lejos, las juventudes de Junts per Catalunya convocaron una protesta a la entrada de la velada, para denunciar la prohibición. También lo hizo Alhora, el partido de Jordi Graupera, que preparó 2.000 folletos con la letra de la canción para estimular las quejas de los asistentes.
La protesta de Alhora ha dejado aún más tensiones con el consistorio dirigido por el PSC. Agentes de la policía local de Calella identificaron a los militantes mientras repartían los folletos, un movimiento que la formación ha calificado de «persecución política». Hasta tal punto ha llegado la disputa que los de Graupera se plantean denunciar al ayuntamiento. Por su parte, la corporación municipal ha alegado motivos burocráticos para justificar la presencia policial: aseguran que los manifestantes de Alhora no habrían pedido permisos para su concentración, como sí habrían hecho los jóvenes de Junts. Además, argumenta la misma Millán, «solo se hizo una identificación para saber quiénes eran y qué estaban haciendo, por motivos de seguridad». En un comunicado previo a los actos, Alhora avisaba de la convocatoria, y acusaba al PSC de «lejos de defender el patrimonio cultural popular, entregarlo al proyecto asimilador español».

Sin «censura»
Después de que tanto los asistentes como los músicos presentes en la cantada se rebelaran contra la decisión del Ayuntamiento, clausurando la velada con El meu avi, Millán ha sostenido que «en ningún momento ha censurado la canción». Simplemente, alegan, ha quedado fuera del programa de fiestas. De hecho, la alcaldesa ha reivindicado la decisión, apuntando que, si bien «la gente quiere cantar» la habanera, la polémica «ha hecho reflexionar» sobre el caso. Cabe recordar que los socialistas se han remitido a la participación del compositor de la tonada, Josep Lluís Ortega Monasterio, en una supuesta red de prostitución con menores. «La justicia hará su camino y irá aclarando lo que sea necesario aclarar», ha defendido. En adelante, asegura que consideran recuperar la figura del director artístico de la Cantada, que sería responsable de gestionar «las polémicas, también locales» que le afectan, fuera de las manos del consistorio.

