Caras largas a la suyo de la CUP después del batacazo electoral de este 12-M. La número 1 por Barcelona de la formación anticapitalista, Laia Estrada, comparece en la sede de la Calle Caspe acompañada por algunos candidatos de la demarcación para valorar una jornada electoral que los ha dejado en 4 diputados, cinco menos que el 2021; con pérdida de representación a Poniente y en el Camp de Tarragona. La jefa de lista ha lamentado, en una breve y desanimada comparecencia posterior al escrutinio, unas elecciones que han estado «malas para la CUP y malas para el país». La tarraconense ha puesto el foco en la irrupción de nuevas fuerzas de extrema derecha al hemiciclo; así como en la escalada de los partidos de la derecha españolista, Vox y el PP, que sumarían, a pocas décimas de acabar el recuento, más de 25 parlamentarios. «Es evidente que hay una oleada reaccionaria atravesando el país», reconoce la jefa de lista; poniendo las cuatro representantes cupaires «a disposición» de la sociedad catalana para hacerla atrás.
En este sentido, Estrada ha mostrado pesar por la confección de un «Parlamento más españolista y más de derechas que nunca»; con cerca de unos treinta diputados escorados a la derecha y un PSC históricamente fuerte. Sobre este cimiento, los anticapitalistas detectan un «freno clarísimo» para la autodeterminación de Cataluña; pero también para los adelantos en clave social de los cuales el partido hacía bandera programática. Así, el foco de la formación en el futuro inmediato tendría que estar, a parecer suyo, a «frenar la extrema derecha independientemente de la bandera que lleve». Identifica, pues, el partido de Orriols como un «enemigo de la causa independentista». Contra este movimiento atrás, el tarraconense llamamiento a «todas las formaciones de izquierdas e independentistas» a hacer una «reflexión» para abordar una realidad política extremadamente poco halagüeña para los objetivos nacionales catalanes. El objetivo de Estrada, pues, es «reconstruir un movimiento independentista amplio» capaz de volver a tejer las alianzas sociales que impulsaron el proceso a raíz de las movilizaciones del 2012 y durante toda la pasada década. «Desde dentro con cuatro diputadas, y desde fuera de la mano de toda la izquierda independentista», apostilla.

Terrabastall al Garbí
La Candidatura de Unidad Popular pierde buena parte de su representación en el Parlamento en el marco de una profunda reevaluación estratégica -fruto, de hecho, de dos batacazos electorales, a los comicios municipales y en el Congreso de los Diputados-. El Proceso del Garbí, recuerda Estrada, es la oportunidad clave para hacer la reflexión que consideran necesaria para hacer frente al retroceso político del país. La refundación cupaire se plantea, pues, como una palanca para continuar trabajando en «los retos que nos habíamos marcado para resolver las problemáticas de la gente trabajadora del país». Todo y el batacazo, la jefa de lista por Barcelona redobla la apuesta estratégica por las «herramientas que hemos compartido durante la campaña», como el impulso de los servicios públicos o el control de los sectores económicos estratégicos para el país. El «proceso de debate estratégico», pues, se retomará pasada la constitución del Parlamento con el objetivo final de «combatir la oleada reaccionaria que travesía» Cataluña.