Los servicios de seguridad y de inteligencia españoles consideran que el riesgo de violencia de la extrema derecha en el estado es «bajo y contenido». Un razonamiento que topa con «el aumento de los ataques violentos de la extrema derecha en Europa», que ellos mismos ven. Así lo constata en el último Informe Anual de Seguridad Nacional 2022, un documento que hace balance de la seguridad del Estado y prospectiva de riesgos futuros, que firma el Departamento de Seguridad Nacional, organismo integrado por varios ministerios y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Un informe, aprobado el pasado 17 de abril después de una reunión del día 12 del mismo mes del Consejo de Seguridad Nacional, presidido el monarca español, Felipe VI, conjuntamente con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.

Por otro lado, el informe resalta que el CNI, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y el poder judicial ha hecho que grupos como ETA, Resistenza Galega y el PCE (r)-Grupos Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO) se hayan prácticamente desarticulado. Ahora bien, avisa que formaciones como ETA o entidades «satélites» continúan la «batalla por el relato». «Una estrategia que trata de imponer su versión sobre la violencia y la deslegitimación del estado de derecho», arguye el documento, que se vanta que Australia o Nueva Zelanda hayan incorporado ETA y GRAPO como organizaciones terroristas para los próximos tres años.

Puerta de entrada en la sede estatal del CNI, a la carretera de La Coruña/CNI
Puerta de entrada en la sede estatal del CNI, a la carretera de la Coruña de Madrid /CNI

En Europa sí, en España… no

El documento refleja la tesis que si bien a Europa hay desazón por las actuaciones violentas la extrema derecha, en el estado español no hay que sufrir. Los mismos analistas afirman que la amenaza de actuaciones violentas de la extrema izquierda «baja» a Europa, la misma previsión que hacen para el estado español, donde la ponen al mismo nivel que la extrema derecha o el supremacismo blanco. «En cuanto a otros extremismos violentos», explica el documento, «Europa ha sido testigo de un aumento de ataques violentos de extrema derecha impulsados por diferentes ideologías asociadas, incluida la teoría del gran reemplazo, la supremacía blanca, el racismo, el nativismo y la hostilidad hacia la inmigración». Una deriva que ha sido «facilitada en gran medida por las plataformas de comunicación en línea, el terrorismo de extrema derecha se ha vuelto cada vez más transnacional, con una amplia gama de grupos e individuos que cooperan a todos los países y con grupos e individuos de ideas afines».

De aquí que el mismo departamento de Seguridad Nacional recomiende «profundizar en los factores políticos y sociales, la naturaleza de los movimientos y la tecnología como posibles impulsores de este fenómeno terrorista». «Por otro lado», continúa el texto, «el amenaza del terrorismo de extrema izquierda y el nihilismo anarquista a Europa se considera baja en comparación con otros tipos de actividades terroristas, si bien para el arco mediterráneo esta amenaza también continúa constituyendo un motivo de preocupación».

«En el caso de España«, detalla el Informe, «la amenaza que suponen los movimientos extremistas violentos tanto de extrema derecha como de extrema izquierda, así como el anarquismo insurreccional, es en un nivel bajo y contenido«. Únicamente circunscriben «los llamamientos a cometer acciones radicales» en aquellos casos que «aprovechan las circunstancias políticas, sociales y económicas del momento en busca de visibilizar el apoyo o el rechazo a la situación proveniente de una ideología determinada». Así, la inteligencia española considera que «su principal actividad se centra en la captación de nuevos miembros, la difusión de la propaganda a través de las redes sociales y el contacto con organizaciones similares en el ámbito internacional». Así mismo, subraya que «en el último periodo, no se han producido ataques ni incidentes relevantes procedentes de estos grupos». En definitiva, y según este documento, el peligro que los «extremismos violentos» tanto de extrema derecha, izquierda o anarquismo insurreccional –que tanto preocupan los servicios de información de los Mossos d’Esquadra– puedan actuar en el estado español es «bajo». Un dato que topa con la preocupación que muestran cuando explican la actuación de la extrema derecha a Europa y no para la extrema izquierda, que en Europa también la ven como un riesgo «bajo».

Ballesteros y la directora del CNI, Esperanza Casteleiro en primer plan/Casa Real
Imagen de la reunión del Consejo de Seguridad Nacional con el director del Departamento de Seguridad Nacional, el general Miguel Ángel Ballesteros y la directora del CNI, Esperanza Casteleiro en primer plan/Casa Real

ETA y el relato

En el mismo documento, y siguiendo el mismo apartado de extremismos violentos, los servicios de inteligencia también analizan el estado actual de «la amenaza que presentan las organizaciones terroristas ETA, Resistencia Gallega y PCE(r)-GRAPO». Una amenaza que califican de «residual», dado que la tarea policial, judicial y del CNI ha propiciado «la práctica desarticulación policial de todas estas organizaciones». Ahora bien, la seguridad del Estado mantiene su lucha contra estas organizaciones.

«Aun así», aduce el documento, «las consecuencias de la actividad de ETA se mantienen, con numerosos atentados sin aclarar, la existencia de miembros de la organización terrorista con causas pendientes con la justicia española que residen en otros países y el hallazgo de depósitos de ETA, de la localización de los cuales la organización terrorista no dio detalles, el abril del 2017, cuando comunicó la ubicación concreta de ocho depósitos de armas». Así mismo, remarcan que «sus organizaciones satélites canalizan su estrategia en aquello que denominan ‘batalla por el relato’ intentando imponer su versión sobre la violencia y deslegitimar el estado de derecho». En este sentido, destacan que Australia y Nueva Zelanda han renovado la inclusión de ETA y GRAPO como organizaciones terroristas a sus listados nacionales de grupos terroristas para tres años más.

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