Miguel Bosé ha visitado
Ha explicado que sus hijos habían invitado a un amigo a casa y que, poco después de que todos se fueran a dormir, un grupo de hombres despertó a Miguel Bosé: «Me estaban encañonando con una pistola con silenciador. Vi a mis hijos a los pies de la cama, rodeados de un grupo con metralletas y pistolas que llevaban capucha y máscara. No eran profesionales, por eso, ya que nos ataron de manos con los cordones de nuestras bambas. Al personal de seguridad los neutralizaron, los desnudaron y ataron».
El artista tenía claro que quería proteger a sus hijos, así que habría pedido a los ladrones que los dejaran juntos con el personal de la casa en una habitación, que él los acompañaría para que robaran todo lo que quisieran. Y así lo hicieron durante más de dos horas, en las que toda la casa quedó en el más absoluto desorden.

Lo que Miguel Bosé no se esperaba era vivir un momento surrealista en medio de esta escena: «Uno de los ladrones, de repente, me dijo que era fan mío y me dijo que quería hacerse un
Le dijeron que querían llevarse todas las joyas de valor y una cifra concreta de dinero, pero él no tenía tanto en casa: «Esta cantidad solo la encuentras en casa de narcotraficantes». Lo volvieron a atar y, media hora más tarde, Miguel Bosé pensó que los ladrones ya se habrían marchado porque no oía nada. Habría preguntado en voz alta si había alguien y los hijos le habrían contestado que estaban bien: «Los reuní en una habitación y empecé a dar vueltas por la casa. Estaba asustado porque, en un principio, no sabía si se habrían llevado mis hijos o no. Toda la casa estaba desordenada y no pude tocar nada hasta que llegó el CSI tres días después».
Miguel Bosé acusa a su padre de casi matarlo por una negligencia
El objetivo del cantante con esta entrevista era promocionar el documental sobre su vida que ya puede verse en Movistar+. En él, trata la dura infancia que vivió y saca a la luz alguna anécdota surrealista. Lo que ha querido destacar, por ejemplo, es el momento en el que el padre casi lo mata por una negligencia.
«A mi padre le gustaban mucho los animales y cazar y decidió que me llevaría con él a un safari de un mes por África. Yo tenía 10 años y el médico le dijo antes del viaje que me tenía que dar unas pastillas contra la malaria porque, en caso de que lo cogiera, moriría seguro. Mi padre no me las dio porque decía que eran «una

La primera semana del viaje ya empezó a encontrarse más y más mal. Al llegar a Madrid, solo pesaba 14 kg. Al ver lo débil que estaba, el médico le dijo a su padre que lo continuaría admirando como maestro y torero, pero que como persona «era una mierda».