Kiko Hernández y su esposo, Fran Antón, continúan encadenados frente al local de Melilla que les han clausurado. Consideran que es «injusto» que los obliguen a cerrar sin haberles dado ningún argumento lícito para hacerlo, por lo que han querido presionar y lo han hecho declarándose en huelga de hambre. Después de dos días durmiendo frente a la puerta del club, ambos han necesitado atención médica. No ha pasado mucho, pero ya sufren las primeras consecuencias de estas horas sin comer y con tanta tensión acumulada.

El primero en necesitar la asistencia de una ambulancia ha sido Fran, quien ha compartido un vídeo en el que se le ve con muy mala cara: «La cosa se ha puesto seria, pero continuaré cuando pueda«, ha asegurado mientras compartía en Instagram el documento médico en el que puede leerse que sufre deshidratación e hipoglucemia por ayuno. El tertuliano de televisión lo ha aplaudido: «Continuaremos la lucha, amor, pero antes has -y hemos- de recuperarnos. Te quiero siempre».

Poco después, sería Kiko quien tuvo que llamar a urgencias porque no se encontraba bien. En su caso, lo han tenido que trasladar al hospital porque ha sufrido un «desvanecimiento severo» que ha derivado en caída traumática.

Kiko Hernández i el marit, encadenats al local - Instagram
Kiko Hernández y el marido, encadenados al local | Instagram

Kiko Hernández y su esposo denuncian estar sufriendo una persecución administrativa

“Continuaremos luchando solo por dignidad y hasta que nuestro cuerpo aguante. ¿Cómo les explicamos a nuestras pequeñas, que han disfrutado de cada evento y que saben que es el trabajo de sus padres, que ahora lo cierran? ¿Cómo les explico a los más de 20 trabajadores que van a la p… calle sin motivo?», escribe el comunicador en un post en Instagram.

Y es que le preocupa cómo explicarán -y compensarán- a las más de 6.000 familias que tenían reservado un evento: «¿Cómo les explicamos que cerrará sin motivo alguno? ¿Cómo lo hacemos? Y no hablo del tema económico, más de 500.000 € invertidos en un local donde no nos dejan entrar ni siquiera para recuperar cosas personales. Material escolar de las pequeñas, ordenadores, medicación… Esto nunca pensé que lo viviría en esta vida«.

Kiko Hernández ha asegurado, a través de sus redes sociales, que está convencido de que nada de esto estaría pasando si él no fuera famoso. Deja claro que son víctimas de una «persecución administrativa» que ha derivado en el precinto «injusto» del ocio nocturno. Además, ha sacado a la luz que está recibiendo amenazas de muerte: «No he tenido tiempo, hoy, pero mañana iré a la Policía Nacional a denunciarlo».

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