Jaime Lorente alcanzó el cielo profesionalmente gracias al papel de Denver en La casa de papel, un éxito que cambió por completo su vida. El actor ha reconocido más de una vez que la fama y la presión le ayudaron a llenar de ceros la cuenta corriente, pero a cambio de dejar muy dañada su salud mental. Hasta ahora, sabíamos que había necesitado terapia para gestionar todo lo que supuso ese trabajo en Netflix. Sin embargo, nunca se había sincerado tanto como lo ha hecho ahora en el pódcast de Uri Sabat. ¿Qué ha dicho? Aquí, ha reconocido que vivió un momento de sufrimiento en el que quiso «poner fin a todo«.

Hubo un momento en que el personaje se lo comió y dice que, incluso, los amigos de siempre le decían que habían dejado de reconocerlo: «Odié La casa de papel con todas mis fuerzas, odiaba la serie y lo que había supuesto. Y, además, me odiaba a mí mismo por no haber sabido aprovechar algo que había deseado tanto».

Él era muy joven y todavía estaba «a medio construir», lo que no le ayudó: «Yo que había sido la oveja negra, pasé a ser conocido y que todos quisieran un autógrafo mío. La primera etapa fue muy bonita, pero luego veía que si tenía un mal día la gente seguía pidiéndome cosas o que solo me llamaban para ofrecerme papeles similares al de Denver, un personaje que no tiene nada que ver conmigo«.

Jaime Lorente se abre en canal en una entrevista muy sincera - Youtube
Jaime Lorente se abre en canal en una entrevista muy sincera | Youtube

Jaime Lorente da detalles del peor momento que ha vivido nunca

A partir de aquí, comenzó a entrar en una espiral de autodestrucción en la que perdería la relación con los amigos y comenzaría a sentirse incómodo en lugares públicos: «Empecé a agobiarme mucho, comencé a pasarlo mal y estar muy triste. Me sentía un inútil a nivel personal porque ya no servía para lo que servía antes, mis amigos ya no me llaman porque creen que estaré muy ocupado. Me sentía exitoso profesionalmente, pero fracasado personalmente». En ese momento, Jaime Lorente se sintió como «el peor hijo, el peor hermano, el peor padre, el peor amigo y el peor esposo«.

No es fácil gestionar el paso de tener 1.700 seguidores a tener, en poco tiempo, casi 11 millones. Ahora está «tranquilo» y «en un buen momento», pero ha atravesado uno de mucho estrés y con la vida tambaleándose. Pero ¿cuál era el problema? Básicamente, que se veía forzado a mantener un personaje que no era: «Llega un momento en que te levantas y te das cuenta de que no puedes más. Pasé un momento de sufrimiento en el cual quería poner fin a todo, no soportaba la presión. Ahora he conseguido salir de ahí gracias a mucha ayuda y no tomo ni una gota de alcohol porque soy mucho mejor así«.

Un actor que deja claro que no es tan duro como puede parecer por su apariencia o los papeles que ha hecho, una dualidad que la gente no acaba de entender y que a él no le gusta nada.

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