Cristina Pedroche indigna a las matronas y responde: «Me siento ridícula»

Cristina Pedroche ha publicado un libro sobre maternidad y, desde entonces, que las críticas hacia ella se suceden. El último colectivo que ha cargado contra ella es el de las matronas, el profesional sanitario preparado para asistir las mujeres durante el parto. ¿Y esto por qué? La presentadora se ha informado mucho sobre el embarazo y los bebés, hasta el punto que ha soltado sin vergüenza que ella ya es «prácticamente comadrona». Como era de esperar, son muchas las profesionales de verdad que han puesto el grito en el cielo porque consideran que las ha despreciado al ignorar que no puedes serlo si no tienes unos estudios y una formación exigentes.

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Le han dicho de todo, sobre todo en las redes sociales con mensajes tan críticos como el del perfil Enfermera Saturada: «Parir no te convierte en comadrona. Del mismo modo que tener apendicitis no te convierte en cirujano o que pincharte insulina no te convierte en enfermero». Cristina Pedroche se ha apuntado a un par de cursos en línea sobre hipnoparto y eso está muy bien, pero es lógico que no puede ponerte al mismo nivel de unas especialistas con carrera universitaria y años de práctica.

Cristina Pedroche denuncia las críticas que recibe en un mensaje en Instagram

Ante todo esto, Cristina Pedroche ha acabado escribiendo un texto en su perfil de Instagram. Aquí, reconoce que se siente «un poco ridícula» por tener que aclarar sus palabras: «Si digo, entre risas, que con todo lo que he estudiado me he hecho medio matrona es para que se note que soy exagerada cuando me interesa algo. Pregunto, repregunto y me lo cuestiono todo. Amo la profesión de las comadronas y le doy el valor y el protagonismo que se merece. Es una lástima que no haya más comadronas. Digo muy orgullosa que muchas de las mejores comadronas que hay en España son ahora mis amigas«.

Muchos no entienden, ya para empezar, que la colaboradora de Zapeando haya escrito un libro sobre maternidad. Tiene una hija de casi un año, pero ¿realmente tiene el conocimiento necesario para escribir sobre ello? Aquí, vuelve a justificarse: «Yo no doy consejos y en mi libro no doy lecciones, solo explico mi experiencia y mi historia». ¿Y por qué lo hace? Como agradecimiento, porque las historias otras madres serían lo que a ella le está «salvando».

Cree que la gente no ha entendido el libro y lamenta, por otra banda, que también haya muchas personas que estén hablando mal sin ni siquiera habérselo leído: «Me da pena que la gente no sea capaz de verme como lo que soy, una madre que lo está pasando mal. No soy mejor madre que nadie, pero tampoco peor».

Ha acabado con un mensaje conciliador: «Os deseo lo mejor a todos, a aquellos que me enviéis tanto odio y metéis más piedras en mi mochila». Ahora bien, no sin denunciar que haya gente que le haya llegado a desear que tenga cáncer para ver si, entonces, dice que se siente prácticamente oncóloga: «No entiendo cómo se puede estar tan vacío por dentro como para desear cáncer a otra persona».