Sarah Ferguson ha sido otro de los elementos problemáticos de la familia real británica. De joven trabajaba como asistente en una galería de arte, era amiga de Diana de Gal·les y siempre se movió entre la aristocracia porque sus padres descendían de la nobleza irlandesa. Casada con el príncipe Andrés desde 1986 hasta 1996, su divorcio supuso un gran quebradero de cabeza para Isabel II que no quería que ninguno de sus hijos se separara. El escándalo llegaría cuando se hizo público que la duquesa de York había acumulado una deuda de cuatro millones y medio de euros, unos problemas económicos que marcarían una vida de excesos y controversias.

El medio especializado Monarquía.com analiza hoy todo lo que hubo detrás de esta imagen pública tan dañada. Deudas, derroche y escándalos: «Su trayectoria refleja una combinación de ambición y temeridad económica«, aseguran. El biógrafo Andrew Lownie dice que su historia es «una montaña rusa» de excesos y rendiciones: «Sarah explotó su estatus real para obtener ingresos, pero esto la convirtió en una figura disminuida«.

Sarah Ferguson, con una deuda altísima tras años de derrochar dinero

Como parece lógico, vivió en palacios y tuvo muchísimo dinero cuando era la nuera de la reina inglesa. El problema, aparentemente, es que la fortuna se le subió a la cabeza. De hecho, dicen que en solo una hora llegó a gastar 28.000 € en un centro comercial y que era habitual que pagara 16.000 € mensuales a un comerciante de vinos: «Sarah Ferguson gastaba dinero a una escala épica y, a menudo, sin sentido». Tenían mucho dinero, sí, pero iba dejando deudas allá donde iba con la excusa de que no llevaba dinero.

En 1992, Sarah Ferguson habría acumulado más de cuatro millones y medio de euros de deudas con más de 200 acreedores pendientes de ella: «Tenía facturas impagadas también a pequeños comerciantes como carniceros y tintorerías». Cuando viajaba por el mundo como embajadora de diferentes causas filantrópicas, se alojaba en hoteles caros de más de 400 € la noche. La vieron pidiendo un retrato de su marido de 8.000 €, contratar un entrenador personal de tarifa alta a quien llegó a deberle 75.000 € y pedir 100.000 € a sus amigos para irse de vacaciones.

Sarah Ferguson, amb el duc de York en un funeral familiar - Europa Press
Sarah Ferguson, con el duque de York en un funeral familiar | Europa Press

Para intentar ayudarlos, Isabel II habría hecho frente a parte de estas grandes sumas. Ahora bien, dejó de pagar cuando Sarah se separó de su hijo. Desde entonces, ha iniciado diferentes proyectos y ha creado algunas empresas. Si ha conseguido hacer frente a todo o no, aún no ha trascendido a la prensa.

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