Harry de Inglaterra ha conocido hoy mismo el resultado del juicio que lo enfrentaba a News Group Newspapers (NGN), el que dirige el editor de The Sun, Rupert Murdoch. El príncipe inglés los había denunciado por haber instalado dispositivos de escucha ilegales para obtener información sobre él y su madre, Diana de Gales, desde que era adolescente. Por este motivo, exigía una indemnización millonaria y estaba dispuesto a llegar hasta el final para hacer daño contra los tabloides ingleses. Finalmente, sin embargo, ha terminado aceptando la disculpa y el dinero que le ofrecen a cambio de terminar con este enfrentamiento.
Los abogados de ambas partes solicitaron, esta misma semana, que la vista volviera a aplazarse porque la diferencia horaria con California -donde vive Harry- complicaba que pudiera hacerse la videollamada. El magistrado, «muy molesto» si hacemos caso a las informaciones que han publicado varios medios, se habría negado a seguir posponiendo un juicio que comenzó en 2019.
Ahora que los abogados del grupo de Murdoch han tenido que decir la suya, hemos sabido que se ha acordado el pago «sustancial» en señal de disculpa por «la angustia y el daño» que han causado a Harry este tiempo. Sorprende que el hijo menor de Carlos de Inglaterra haya terminado cediendo, ya que dijo públicamente que nunca llegaría a un acuerdo extrajudicial «por cuestión de principios» porque creía que era lo único que podía lograr que los medios ingleses «rindieran cuentas«.
Así han sido los cinco años de Harry de Inglaterra y Meghan Markle en California
De esta manera, se acaba la batalla legal que inició el príncipe hace unos cuantos años. Ahora, con un dolor de cabeza menos y mucho dinero más, podrá disfrutar de la vida tranquila que deseaba junto a Meghan Markle cuando se trasladaron a Estados Unidos. Han pasado cinco años desde su traslado a California, cuando se compraron una mansión en Montecito con 18.000 metros cuadrados de terreno que les costó más de 14 millones de euros.
Desde que llegaron, han intentado encontrar su lugar y montar varios negocios. El camino no ha sido fácil y, de hecho, se han encontrado con muchos más problemas que ventajas. Desde Vanity Fair han estado meses hablando con gente que ha trabajado con ellos a lo largo de esta etapa americana, la que iniciaron con el objetivo de ganar repercusión con una organización sin ánimo de lucro que llamaron Archewell.
Este macroproyecto no tuvo el apoyo de la familia real, que dio la espalda completamente a Harry cuando éste renunció a su título y comenzó a hablar mal de ellos públicamente. La empresa fue bastante fracaso y la pareja ha estado a prueba económicamente. Les han dejado verdes en muchos lugares y algunas de las personas que han colaborado con ellos en los múltiples proyectos que han iniciado -y dejado a medias- se han quejado de su actitud.
Dicen que no han tenido ideas muy buenas y que, muchas veces, han terminado retrocediendo en el último momento cuando parecía que ya tenían todo firmado para iniciar alguna empresa o proyecto. También se ha hablado mal del trato que da Meghan Markle a los trabajadores, quienes la definen como una persona «fría y reservada». No ha funcionado la docuserie que debían hacer, tampoco el pódcast o la productora. ¿El programa de cocina que ha inventado Netflix para la actriz? Pospuesto y en un cajón hasta nuevo aviso. Habrá que ver cómo avanza su fortuna en este sentido, un poco en stand by y sin un futuro muy prometedor. El tiempo lo dirá.
