El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, recupera una de sus grandes obsesiones políticas: el resultado de las elecciones de 2020, las que perdió contra el expresidente Joe Biden. En una publicación en su plataforma, Truth Social, el mandatario ha propuesto reabrir la investigación por el supuesto fraude electoral que habrían cometido los demócratas en esos comicios, la gran teoría de la conspiración defendida por los suyos en los últimos cinco años, ampliamente desmentida por las autoridades judiciales del país.
En el mensaje en redes, Trump ha insistido -contra el criterio de los tribunales- que existen «pruebas masivas» para demostrar el delito del que acusa a Biden y los suyos. Así, sostiene que las autoridades federales deberían reabrir el caso. «Es necesario designar un investigador especial, porque esto no puede volver a suceder en los Estados Unidos. Que empiece el trabajo», ha exigido el presidente. De hecho, ha llegado a acusar al expresidente «y sus amigos corruptos» de haber perpetrado hechos «repugnantes e indescriptibles» que, alega, quiere eliminar de la vida política estadounidense.

A la guerra contra los jueces
Con este movimiento, el Despacho Oval enciende aún más su reciente batalla contra los tribunales, tras las diversas anulaciones de órdenes ejecutivas clave para llevar adelante su programa. Sin ir más lejos, la semana pasada un tribunal federal prohibió a la administración aplicar su criticada reforma de los procesos de voto por correo, un paquete normativo que, a ojos de Trump, servía para atacar el fundamento del mismo fraude electoral de 2020. En su reforma, el presidente exigía a los votantes la presentación de documentos escritos de ciudadanía antes de poder inscribirse en el censo electoral, así como la anulación de cualquier voto por correo que llegara a las oficinas electorales después del cierre de las urnas, aunque este se hubiera emitido dentro del plazo legal.