El controvertido magnate sudafricano y hombre más rico del mundo, Elon Musk, ha generado una gran polémica en Estados Unidos por el saludo fascista que realizó al terminar su discurso después de la investidura de Donald Trump. Musk, visiblemente eufórico por la llegada de su amigo a la Casa Blanca, quiso agradecer a los votantes republicanos que hayan contribuido a “garantizar el futuro de la civilización”. A continuación, se tocó el pecho y levantó el brazo con un movimiento prácticamente idéntico al saludo fascista que primero adoptaron los seguidores de Benito Mussolini y más tarde los nazis.

“Algunas elecciones son importantes, otras no tanto. Pero estas, estas eran realmente importantes y solo quiero darles las gracias por haberlo hecho posible”, dijo Musk antes de realizar el polémico saludo fascista. El propietario de la red social X se excusó después de la polémica asegurando que lo que realmente quería era transmitir su agradecimiento a los votantes de Trump, a quienes entrega su corazón con el controvertido gesto.

Musk, hombre fuerte de Trump en la Casa Blanca

Musk y el emprendedor Vivek Ramaswamy han sido escogidos por Trump para liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, una oficina que dependerá directamente del presidente estadounidense y que tiene como objetivo revisar de arriba a abajo la estructura del gobierno federal para reducir personal y departamentos que consideren innecesarios para reducir el gasto público.

Por su parte, Trump ha comenzado su segundo mandato en la Casa Blanca declarando “la emergencia nacional” en la frontera con México y ha anunciado que desplegará el ejército para combatir la inmigración ilegal y el tráfico de drogas. “La edad de oro ha comenzado”, ha dicho Trump, que también declarará a los cárteles de la droga como organizaciones “terroristas”. El nuevo presidente de los EE.UU. ha prometido “revertir completamente” las políticas de la administración Biden.

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