Las demandas de los países árabes respecto al conflicto bélico en el Medio Oriente llegan a Europa. Durante la reunión ministerial de la Unión por el Mediterráneo, celebrada este mismo lunes en Barcelona, las autoridades de la región, así como de varios países norteafricanos, han reclamado a los 27 que den un paso para «detener la limpieza étnica» que, a su parecer, está ejecutando el gobierno de Benjamin Netanyahu en la Franja de Gaza y Cisjordania. El ministro de exteriores de Jordania, Ayman Safadi, ha sido especialmente duro: «Hago un llamado a nuestros socios europeos para que hagan algo si quieren salvar su credibilidad», ha afirmado ante diversas autoridades comunitarias. Entre ellas, destacaba el Alto Representante de la Unión, Josep Borrell, uno de los altos cargos de Bruselas que más ha endurecido el tono contra Tel Aviv.

En su intervención tras la reunión que ha precedido el IX Foro Regional de la UpM, Borrell ha lamentado un «sentimiento de tristeza y amargura» ante la incapacidad de la comunidad internacional para detener las hostilidades en la Franja. «La situación cada día va a peor», lamenta el catalán, criticando las estrategias de las Fuerzas de Defensa de Israel. A pesar del reconocimiento de la agresión del 7 de octubre del año pasado, el alto representante ha recordado las normas globales que rigen la guerra: «Hay algo que se llama proporcionalidad en la respuesta y tener en cuenta las víctimas colaterales»; una actitud que Netanyahu no ha mantenido durante el año y pico de despliegue militar en territorio palestino.

El ministro de exteriores español José Luís Albares durante la reunión del Foro de la UpM / ACN
El ministro de exteriores español José Luís Albares durante la reunión del Foro de la UpM / ACN

Dos ritmos en la Unión

La reunión de países del Mediterráneo ha servido para evidenciar la lejanía entre ambas orillas del mar en términos de relaciones internacionales. Mientras la representación europea comienza a acordar posibles sanciones contra Israel, los ministros del sur esperan una reacción mucho más contundente. Safadi, de hecho, ha acusado a la comunidad internacional de haber «permitido a Israel cometer crímenes de guerra»; mientras que el titular español, José Luís Albares, se ha limitado a reclamar «contención» a las fuerzas de defensa israelíes para «detener el ciclo de acción-reacción» que ya se ha extendido más allá de las fronteras de la Franja, hasta el Líbano e Irán. En este sentido, ha criticado a los socios europeos la «impunidad» que otorgan a los invasores, cuestionando los «valores europeos» que operan en sus decisiones. «La UE fue fundada sobre el derecho internacional, ¿cómo es posible que no haga nada?», continúa.

Los dos estados, en el centro del debate

A pesar de la falta de entendimiento en el ámbito de la fiscalización de la ofensiva de Israel, las partes permanecen convencidas de la necesidad de implementar la solución de dos estados -un reparto justo del territorio que garantice la subsistencia y el acceso a recursos tanto de Israel como de un estado palestino totalmente reconocido-. Incluso desde Europa, sin embargo, se hace evidente un vacío histórico que ya dura décadas. «Hace 30 años que no se actúa decididamente para que esto ocurra», ha denunciado Borrell. Las autoridades de la UE, sin embargo, parecen cada vez más convencidas de accionar esta palanca. Atendiendo, especialmente, a la negativa israelí a «garantizar derechos a los palestinos», tal como ha denunciado el ministro jordano. Sin los dos estados, razona, «la alternativa es el apartheid».

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