La presión internacional contra el hambre provocada en la Franja de Gaza fuerza la mano de Israel. El gobierno de Benjamin Netanyahu ha anunciado una «pausa táctica» de los ataques sobre la región para «permitir aumentar la escala de la ayuda humanitaria» para la población civil asediada por las Fuerzas de Defensa de Israel. En un comunicado, el ejército israelí ha confirmado que su intención es designar «rutas seguras» para que la comida y la medicina que no ha llegado a los centros de población que aún se mantienen en la Franja puedan tener acceso. No obstante, la previsión es mantener estas rutas solo entre las 6 de la mañana y las 11 de la noche de este mismo domingo. La apertura a la asistencia por carretera se añade al permiso de lanzamientos aéreos de ayuda, que confirmó Netanyahu el pasado sábado, bajo las críticas de las potencias europeas.
En las últimas jornadas, tanto las ONG que operan sobre el territorio como las Naciones Unidas, así como algunos países miembros, han atacado a Israel por provocar un «hambre deliberada» en la población de Gaza. Dos históricos aliados de Tel Aviv, Alemania y el Reino Unido, se han sumado a las críticas contra las acciones del ejército, en un comunicado conjunto con el gobierno francés, que ha abierto la puerta a reconocer el Estado palestino. Las organizaciones sobre el terreno, además, acusan a las FDI de disparar contra la población palestina que busca acceder a los escasos convoyes de ayuda humanitaria que llegan. Unas acusaciones que las fuerzas armadas rechazan.

«Hambre creciente»
La comunidad internacional, sin embargo, alerta que la crisis humanitaria en la región ha llegado a una situación crítica. La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) -bajo intensos ataques tanto de Tel Aviv como de Washington- alertó el pasado sábado que las nuevas entradas de comida y medicamentos a la región «no revertirán el hambre creciente». Los lanzamientos aéreos de ayuda, argumentaba el secretario general Philippe Lazzarini, «son caros, ineficientes e incluso pueden matar civiles que pasan hambre». «Un hambre provocada por el ser humano solo se puede resolver con voluntad política», sostiene Lazzarini, que exige al gobierno de Netanyahu «movimientos seguros y un acceso digno para las personas que necesitan ayuda». Según las autoridades israelíes, ya habrían muerto de hambre 120 personas en la región, de los cuales 83 serían niños y menores de edad.




