La muerte del papa Francisco da inicio a la carrera para elegir a su sucesor, en un contexto de complejidad geopolítica y con la Iglesia bastante dividida. La muerte del máximo representante del Vaticano despierta el bullicio de nombres que suenan para suceder al papa en un cónclave que se celebrará entre el 6 y el once de mayo. Desde este mismo martes, sin embargo, las especulaciones sobre quién será el nuevo líder de la Santa Sede ya han comenzado. De los 135 papables -menores de 80 años el día que comience la elección- un 39% son europeos, un 17% asiáticos, un 13% africanos y de América del Sur y un 12% de América del Norte. Por su parte, los cuatro papables de América Central y los cuatro de Oceanía son el 6% de los cardenales elegibles. Uno de los primeros nombres que se alzan para relevar al papa Francisco es el italiano Pietro Parolin (70 años), el actual secretario de estado. Uno de los nombres que toma más peso dada su experiencia dentro del organismo, y uno de los perfiles que permitiría garantizar un liderazgo continuista al del argentino Jorge Mario Bergoglio, fallecido este lunes a causa de un ictus.

Entre la corriente más progresista de la Iglesia también destacan nombres como el del también italiano Matteo Zuppi (69 años), el arzobispo de Bolonia especializado en conflictos internacionales y con una gran vocación social, como la del mismo papa Francisco. El tercer nombre italiano que se alza como posible papable es el del franciscano Pierbattista Pizzaballa (59 años), quien ha destacado en los últimos años por su mediación en Oriente Medio. Un perfil que el mismo papa Francisco erigió en cardenal en septiembre de 2023. Un cuarto nombre muy alineado con el planteamiento de Bergoglio sobre el Vaticano es el filipino Luis Antonio Gokim Tagle, quien ya era un firme candidato a ser papa en el cónclave de 2013. En caso de que el cónclave de este año lo eligiera como el nuevo escogido, el cardenal -nombrado por el anterior papa Benedicto XVI- se convertiría en el primer papa asiático.

El papa Francisco el pasado jueves por la mañana rezando en una iglesia dedicada a Santa María la Mayor frente a un icono de María llamado Salus Populi Romani | Observatorio Romano | ACN

Los nombres más conservadores

Entre los papables también sobresalen nombres con un perfil más conservador, los cuales se contraponen a los planteamientos del hasta ahora máximo representante de la Santa Sede. Uno de los nombres que toma fuerza en la apuesta del Vaticano es Malcolm Ranjith (77 años), actual arzobispo de Colombo y originario de Sri Lanka. Este perfil, sin embargo, teniendo en cuenta la configuración de los cardenales que se encerrarán en el Vaticano hasta alcanzar la ‘fumata blanca’, podría dificultar el consenso. Otro de los nombres que suena es el del ultraconservador africano Robert Sarah (79 años), quien llegó a enfrentarse abiertamente con el papa Francisco. También en África, uno de los otros perfiles que toma fuerza es el del arzobispo de Kinsasa, el franciscano Fridolin Ambongo Besungu (65 años), quien también se ha mostrado muy crítico en los últimos años con la bendición de las personas homosexuales. Estos perfiles, alejados de las ideas progresistas de Bergoglio, supondrían un cambio de rumbo marcado en la última década del Vaticano.

Teniendo en cuenta que Bergoglio ha sido el primer papa americano de la historia, otra opción sería escoger un perfil del mismo continente. Ahora bien, de momento, no hay muchos papables que destaquen en este sentido. Uno de los nombres que se ha puesto sobre la mesa es el del estadounidense André Prevost (69 años), que ha ejercido durante casi toda su vida en Perú. En caso de que Prevost se convirtiera en el sucesor del Vaticano, este nombre supondría una clara apuesta por acercar posiciones entre la Iglesia y los Estados Unidos, que se han distanciado ligeramente desde el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. En Cataluña, otro de los nombres que ha sonado es el del arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella (79 años), que se ha apresurado a salir de la carrera para relevar al papa Francisco: «No me veo», ha dicho. «Quien entra papa al cónclave, sale cardenal», ha añadido en tono de broma. La muerte del papa Francisco, pues, ha abierto una carrera a contrarreloj para elegir al nuevo sucesor de la Santa Sede y marcar el nuevo rumbo de la Iglesia.

Comparte

Icona de pantalla completa