El nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha entrado como un huracán a la Casa Blanca y ha firmado decenas de decretos polémicos en su primer día de trabajo. Todo con el objetivo de “revertir” la “decadencia” que, según él, han supuesto los cuatro años de mandato de Joe Biden. El magnate ha firmado órdenes presidenciales sobre migración, salud, cambio climático y seguridad en un furor sin precedentes para un dirigente estadounidense recién investido. Antes de llegar a la Casa Blanca, ya había amenazado a México, Canadá, China y la Unión Europea con nuevos aranceles y prometió terminar con los cambios de sexo, dos cuestiones que ha abordado con rapidez tan pronto como se ha instalado en el despacho oval.
El empresario ha dado la orden por segunda vez —ya lo hizo durante su primer mandato— de retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París, una decisión que tendrá consecuencias directas en la lucha global contra el cambio climático. Trump ha declarado la emergencia energética nacional para fomentar la extracción de combustibles fósiles para impulsar la producción nacional de petróleo a través del fracking. “Los Estados Unidos volverán a ser un país industrial y tenemos algo que ningún otro país tiene: la mayor cantidad de petróleo del mundo”, dijo, todo ufano, durante su investidura.
También ha anunciado que el país saldrá de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a quien Trump acusa de haber agravado crisis sanitarias internacionales como la Covid-19 y la ha acusado de plegarse a los intereses de algunos de sus estados miembros. Igualmente, considera que los Estados Unidos deben pagar una contribución “injustamente elevada” en comparación con otras superpotencias como China. “La OMS nos ha estafado, todo el mundo estafa a los Estados Unidos. No volverá a pasar nunca más”, ha sentenciado.

Emergencia nacional en la frontera
Una de las primeras órdenes que ha firmado Trump, seguramente de las más esperadas, ha sido la declaración de “la emergencia nacional” en la frontera con México para frenar la llegada de migrantes sin papeles. El presidente estadounidense ha decretado que la situación en la frontera es una “invasión” y ha prohibido la entrada física al país de cualquier persona extranjera “implicada en la invasión”, incluidas aquellas que solicitan asilo político. Para hacer cumplir la orden, desplegará el ejército, que será el encargado de llevar a cabo “deportaciones masivas” de migrantes irregulares. En relación con esto, el magnate también ha ordenado suspender la concesión de la ciudadanía por derecho de nacimiento, aunque los juristas tienen dudas de que se pueda aplicar en la práctica porque es un derecho recogido en la Constitución.
Indultos por el asalto al Capitolio del 2021
Una de las primeras medidas que ha aprobado Trump es el indulto a los condenados por el asalto al Capitolio que él mismo instigó el 6 de enero del 2021 tras perder las elecciones ante Biden. También ha perdonado las penas a 14 miembros de los grupos paramilitares de extrema derecha Proud Boys y Oath Keepers y ha pedido al fiscal general que retire todas las acusaciones contra cualquier persona implicada en el asalto al Capitolio.
Según el Departamento de Justicia de los EE.UU., hay hasta 1.265 personas acusadas por la toma fallida del Capitolio. El mismo Trump fue imputado por un delito de conspiración y obstrucción, pero el fiscal especial Jack Smith decidió retirar la acusación contra el magnate a finales de noviembre porque el Departamento de Justicia tiene la norma no escrita de no mantener causas penales abiertas contra presidentes electos. Con todo, Smith defendió en un informe presentado la semana pasada que Trump habría sido condenado si no hubiera ganado las elecciones presidenciales de noviembre.