La carrera presidencial en los Estados Unidos cada día suma un ingrediente nuevo que pone contra las cuerdas el presidente Joe Biden, cuestionado desde hace semanas. Los lapsus y el mal debate contra el expresidente Donald Trump generó las primeras dudas entre los inversores demócratas, y el ataque contra Trump, que ha hecho ganar todavía más popularidad al republicano, han encendido las pocas alarmas que no habían sonado en las filas demócratas. Hasta ahora, Biden tenía el apoyo de las primeras espadas del partido, pero a las dudas que expresó hace unos días Nancy Pelosi se suman ahora las de Barack Obama. Según explicaba el
Ahora bien, Biden no se irá. De momento. EL
El presidente americano vuelve a salir al paso de los rumores, que han crecido con las dudas de Obama. Es más, el entorno de Biden ya no cierra la puerta a ningún escenario. «Las discusiones entre los asesores del señor Biden han avanzado hasta el punto de que hablan del mejor momento y otros detalles para un anuncio, si el presidente decide renunciar a un segundo mandato», dice el NYT citando fuentes «informadas» de la situación.

De hecho, el mismo presidente ha rebajado los aires de combate estos últimos días. Este miércoles, Biden reconocía que se plantearía retirar la candidatura a la presidencia si el personal médico le diagnostica un problema. Hace unas semanas aseguraba que solo abandonaría la carrera electoral si se lo dice «Dios todopoderoso», pero ahora rebaja las expectativas y deja su continuidad en manos de los médicos.
Donald Trump se da un baño de masas
Los analistas aseguran que solo hay dos factores que pueden hacer cambiar de opinión Joe Biden: una retirada masiva de inversores o una bajada en picado en las encuestas, hasta ahora bastante empatadas. Ahora bien, la campaña ha hecho un giro de 180 grados después del ataque al candidato republicano, Donald Trump. El intento de asesinato ha hecho ganar adeptos al expresidente, que estos días se da un baño de masas en la convención republicana, que lo ha coronado definitivamente como candidato del partido a la Casa Blanca.
La campaña ha hecho un giro hasta el punto que ahora es Donald Trump quien muestra su lado tranquilo y presidenciable. Un cambio de estilo en un Trump que, hasta ahora, había elevado el tono. Incluso algunas voces de su partido, como la del exgobernador por Ohio John Kasich –que el 2016 se presentó a la candidatura presidencial republicana contra Trump– llegaron a asegurar que el republicano «está subiendo el tono y esto es muy preocupante». Curiosamente, ahora son los republicanos quienes acusan los demócratas de haber atizado el fuego contra Trump y de haber provocado la polarización política que vive los EE. UU.