El comisario de Justicia europeo, Didier Reynders, insiste que todavía tiene «preguntas» sobre la ley de amnistía que se está tramitando después de que el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes del gobierno español, Fèlix Bolaños, asegurara el pasado jueves que Europa ya no mostraba «ninguna preocupación» en relación con esta norma. De hecho, tal como ya desmintió el portavoz de la Dirección General de Justicia de la Comisión Europea, Christian Wigand, el viernes de la semana pasada, Bruselas vigila de cerca la amnistía. «Tenemos algunas preguntas y espero que continuemos el diálogo para recibir respuestas a todas las preguntas que tenemos hasta el final del proceso», asevera Reynders.
Tal como ya puntualizó el portavoz del departamento que preside Reynders, el comisario ha negado las contundentes afirmaciones de Bolaños, en las cuales hablaba de cero preocupación, y ha dejado claro que «todavía tiene dudas para resolver». Así pues, a pesar de no expresarse con el mismo enojo que lo hizo Wigand la semana pasada, Reynders asegura que todavía tiene algunas preguntas al respeto, y que hasta que no esté de todo tramitada en el Congreso no emitirá ninguna valoración pública, puesto que consideran que hasta que no tenga el fondo y la forma definitiva no es adecuada hacer un análisis exhaustivo: «El voto final se espera para el primer trimestre del año, así que tenemos tiempo», concluye el comisario.

Malestar en Bruselas
Las palabras de la mano derecha de Sánchez no tuvieron un buen recibimiento en la capital europea, puesto que la contundencia con que actuó Bolaños los hacía perder el control del relato. “En los encuentros, los comisarios informaron que la Comisión Europea tiene preguntas y que queremos continuar las conversaciones con las autoridades españolas”, ya dijo el portavoz del departamento que dirige Didier Reynders. “Por lo tanto, en este sentido, el comisario no ha dicho por ahora que la ley de amnistía no genere preocupaciones”. Con estas declaraciones, Bruselas volvía a adquirir el control del relato sobre la norma que se está tramitando en el Congreso, pero que se ha convertido en uno de los temas de relevancia en las instituciones europeas.