La actriz Judit Martín, acompañada de siete actores más del sector, se han visto las caras con la empresa Planeta Impro, una compañía de improvisación teatral que los había pedido a raíz de los comentarios en una piada a X -antiguo Twitter-, publicada en la cuenta @torreznodesoria, en que denunciaba las condiciones “precarias” que ofrecía la empresa a sus trabajadores. Unas acusaciones que la compañía ha desmentido taxativamente hasta el momento. De hecho, desde la compañía habían demandado a los ocho actores por estas palabras y los reclamaban 150.000 euros a cada cual. Ahora, pero, el Juzgado de Primera Instancia 30 de Barcelona, que se había hecho cargo del caso, ha desestimado la demanda de la compañía teatral al considerar que los comentarios en las redes sociales en respuesta al comentario que denunciaba la precariedad laboral quedan amparadas al derecho de la libertad de expresión y de información y que son una crítica que no atenta contra el honor de la compañía.

«El proceso judicial, como tal, era surrealista, no tenía ninguna lógica jurídica ni cimiento lógico», asevera el abogado Jaume Alonso-Cuevillas en rueda de prensa desde la sede del Colectivo Ronda, acompañado de Carme Herranz, de Colectivo Ronda, que se han encargado conjuntamente de la defensa. Consideran que la demanda interpuesta contra estos ocho actores, todos ellos antiguos trabajadores de la compañía demandante, tenía un carácter puramente «disuasorio»: «El objetivo de interponer cantidades económicas tan exageradas responde al objetivo de evitar que la crítica llegue más allá», apunta Herranz, que asegura que se trata de una práctica totalmente prohibida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

De hecho, la abogada del Colectivo Ronda asegura que la demanda de la compañía en ningún momento «se escondía» del hecho que el motivo por el cual reclamar 150.000 euros era simplemente que estas personas habían formado parte en algún momento de Paneta Impro: «Algunos de los demandados no habían hecho ningún comentario respecto a los hechos mencionados. Simplemente, habían hecho un like en la publicación», asevera Carme Herraz. «Querían hacer creer que había una confabulación contra la compañía, pero ha quedado demostrado que no es el caso», apunta Cuevillas, subscribiendo las palabras del comunicado conjunto de los demandados.


Una polémica en Twitter que escala a las vías judiciales

La empresa de improvisación teatral acusaba los actores de haber seguido los pasos del usuario anónimo de X -antiguo Twitter- en que denunciaba la precariedad laboral de la compañía, cosa que incurría en un delito contra el honor de la compañía. Unas acusaciones que la Planeta Impro desmentía taxativamente y aseguraba que eran «totalmente falsas». Ahora bien, lejos de las justificaciones de la compañía, la sentencia emitida por el Juzgado de Primera Instancia 30 de Barcelona considera probado que, no solo los comentarios o repiadas sobre los cuales se había interpuesto la demanda no eran vejatorias, insultantes o denigratorias, sino que también «tenían una base de veracidad» por los procedimientos irregulares con los cuales había actuado la compañía hasta el momento. De hecho, incluso había sentencias condenatorias anteriores por irregularidades detectadas por Inspección de Trabajo.

«Celebramos que la libertad de expresión prevalezca», exclaman los actores demandados a través de un comunicado conjunto. Ahora bien, todo y la desestimación de la demanda contra estos ocho actores, Cuevillas recuerda que la sentencia todavía no es firme del todo: «La parte demandando todavía puede recorrer contra la sentencia hasta que empiece San Fermín [el 6 de julio]. Y sospechamos que presentará alegaciones», apunta el abogado de una de las partes de la defensa. Aun así, el aire que se respira entre los actores afectados es de victoria.

El efecto ‘Streisand’

Los demandados consideran que a Planeta Impro los ha salido el tiro por la culata. De hecho, consideran que se ha acabado producido el efecto Streisand -nombre que hace referencia a la demanda que interpuso la actriz norteamericana para intentar censurar unas imágenes sobre casa suya, pero que lejos de conseguir su objetivo las puso en el centro del debate mediático-, puesto que el hecho de intentar desviar la atención de las críticas ha acabado generando un efecto «amplificador»: «Han acabado consiguiendo todo lo contrario del que pretendían. Si lo hubieran pasado por alto, no estaríamos aquí», aseveran los demandados.

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