Rusia ha llevado su censura al mundo literario. Con la resaca de la festividad de Sant Jordi que aún persiste en nuestro hogar, el semanario ruso Nóvaia Gazeta ha denunciado que el Kremlin ha retirado de las principales bibliotecas del país hasta 120 libros. La investigación periodística liderada por este medio crítico con el ejecutivo encabezado por Vladímir Putin ha sacado a la luz esta verdadera lista negra de títulos editoriales que ya no se pueden consultar en las grandes ciudades rusas.
Entre las obras retiradas, destacan volúmenes de autores mundialmente conocidos como el japonés Haruki Murakami o el estadounidense William Burroughs. Sin embargo, también aparecen dos escritores catalanes. Tal como explicó este martes en una entrevista en el programa Catalunya nit el periodista ruso de Nóvaia Gazeta Andrei Kalitin, los autores de nuestro país censurados son Jaume Cabré y Blanca Busquets. En concreto, las novelas afectadas son Jo confesso y El jersei, respectivamente.
Kalitin asegura que por ahora no se puede saber el motivo concreto por el cual el Kremlin ha decidido retirar estos títulos y no otros, ya que oficialmente en el país no hay ningún tipo de censura. La particular lista negra literaria no solo ha tenido efecto en las bibliotecas rusas, sino que ya se ha hecho en las librerías con el objetivo de que hagan lo mismo y retiren las obras indicadas. Esta censura de autores también tiene otra faceta quizás aún más preocupante entre algunos de los escritores y poetas del país, que en muchos casos han sido incluidos en la lista oficial de terroristas desde el estallido del conflicto con Ucrania.
«Espero que el censor se lo haya pasado bien leyendo»
Las primeras reacciones a la inclusión de las dos novelas catalanas en la lista negra rusa no se han hecho esperar. «Espero que el censor se lo haya pasado bien leyendo», dijo con ironía Busquets en declaraciones al mismo programa después de conocer la noticia de la retirada de su obra El jersei de las bibliotecas del país.


