Calonge (Baix Empordà) concentra este fin de semana la mayoría de actas organizados en torno a la segunda fiesta de San Jorge que vive el municipio desde que se convirtió en pueblo de libros. La iniciativa arrancó el diciembre de 2021 con la apertura de siete librerías. De estas ha cerrado una, pero a su lugar se ha puesto dos más. El alcalde de Calonge, Jordi Soler, asegura que el proyecto «ha permitido revitalizar el pueblo y atraer gente a través de la cultura». Este año, prevén recibir más visitantes que el año pasado con una programación que arrancó el 13 de abril y acabará el 28 y que incluye presentaciones de libros, talleres, conciertos, espectáculos y una treintena de autores que este sábado estarán para firmar sus libros.
Riadas de gente pasean este sábado por el núcleo antiguo de Calonge. Es donde se concentran las librerías en el pueblo y dónde desde el 13 de abril se están organizando una serie de actas en torno a la cultura. Este sábado, desde las once de la mañana y hasta las seis de la tarde, una treintena de autores invitados están para firmar libros desde los estands que se han instalado en la calle. Uno de estos autores es David Vilaseca, invitado por la librería La Viatgeria y que lleva su libro ‘Aferrados al paraíso. Dieciséis maneras de vivir la natura’ (La Atalaya, 2023); es la primera vez que está en Calonge a pesar de que «había sentido mucho a habla del pueblo de libros» y ha quedado fascinado con los callejones y la especialización de las librerías.

Casi una decena de librerías
En total, de librerías hay ocho. Dos son generalistas (Rals Libros y Libelista Calonge), una se ha especializado en literatura infantil y juvenil (Llibooks), una en cómicos, manga y novela gráfica (Calonge Cómicos), otra en turismo sostenible (La Viatgeria), una tiene libros de pensamiento y medicina oriental (Librería Oriental), una combina la música y con el vino de la zona (La Fábrica) y también hay una de gastronomía (Comemos Cultura). Estas dos últimas han abierto hace poco, La Fábrica a finales de 2022 y Comemos Cultura hace tres semanas. Lo han hecho después de que cerrara la librería esotérica Cocollona, que era una de las primeras siete que abrieron.
La propietaria de la librería La Fábrica, Lidia Lobato, explica que a su librería combinan la lectura con la música y catas de vinos de la zona. La decisión de abrirla llegó después de trabajar en otra del pueblo y por voluntad de «cumplir un sueño» y empezar un proyecto propio. Por su parte, la propietaria de la librería Comemos cultura, Mònica Martínez, explica que el resto de libreros la animaron a abrir una librería especializada en gastronomía. «Me han acogido muy bien y me han ayudado con las editoriales», explica. Ahora solo vende libros y productos, pero la intención es organizar también cursos y talleres de cocina.