El nieto de Josep Lluís Ortega Monasterio ha celebrado este domingo que el público de la Cantada de Calella de Palafrugell (Baix Empordà) se rebelara contra la censura y cantara a pleno pulmón El meu avi. De hecho, lo considera «como una victoria del pueblo catalán y contra las culturas exageradas de la cancelación». A través de un comunicado, el nieto del autor del clásico catalán asegura que intentar retirar la canción de la programación de la cantada era un «atentado cultural», pero también «contra derechos fundamentales como la presunción de inocencia y la libertad de expresión»: «Es censurar la obra de una persona fallecida que se defendió en vida de las mismas acusaciones y que tanto la Audiencia Nacional como el Tribunal Supremo declararon inocente», argumenta el nieto de Ortega Monasterio.
En esta línea, tras la revuelta del público de Calella, la familia del autor del clásico de las habaneras asegura que ahora centrarán sus esfuerzos en «volver a demostrar la inocencia» de su abuelo. El gran problema de la familia, sin embargo, no es por el intento de censura en la cantada, sino la aparición de Josep Lluís Ortega Monasterio en el documental Murs de Silenci, en el cual se relaciona al cantautor con una red de explotación sexual de menores: «Lo más desagradable de todo es que fuera una televisión pública quien lo hiciera, omitiendo estas sentencias y sin ponerse nunca en contacto con la familia. Por eso consideramos una gran victoria, llena de simbolismo, lo que pasó ayer en Calella, y nos da aún más energía para nuestra batalla judicial contra la CCMA», exclaman en un comunicado emitido esta tarde.

Un nuevo rumbo para la cantada
Desde la familia confían que la revuelta de este año «sirva de precedente» para futuras ediciones de la Cantada de Habaneras, ya que denuncian que en las últimas ediciones ha faltado «dirección artística»: «La Cantada pertenece al público, como se pudo ver, y no a los intereses personales o políticos de algunos miembros de la comisión. Está en manos del Ayuntamiento de Palafrugell evitar nuevas polémicas los años venideros y recuperar la esencia de una de las noches más mágicas del año en Cataluña«, concluyen. Por su parte, sin embargo, a pesar de la revuelta del público de Calella, la alcaldesa del municipio empordanés, Laura Millán, ha defendido que «una cosa no quita la otra» y que, aunque «la gente la quiera cantar», la polémica ha hecho reflexionar sobre este tipo de casos: «La justicia hará su camino y irá esclareciendo lo que sea necesario», ha exclamado. La alcaldesa de Palafrugell, sin embargo, ha insistido en que en ningún momento se ha censurado El meu avi y no descartan volver a recuperar la figura del director artístico -que se suprimió hace dos ediciones- para la cantada de habaneras, ya que esto permitiría lidiar con las polémicas «también locales» que se han generado alrededor de la edición de este año.

