Marc Ribas ha buscado el mejor restaurante de km0 de las montañas de Prades en la segunda entrega de
¿Cómo ha sido la visita a Cal Malgret?
Este primer restaurante presenta un espacio rústico. Se ha generado un debate bien pronto, cuando una de las parejas ha visto que ya tenían las mesas puestas y lo han criticado: «No sabes cuánto de tiempo puede llevar esto allí», han lamentado. Las otras, en cambio, han querido defenderlos. La cocina no ha convencido a nadie, por eso, ya que han considerado que el pan era industrial y se veían ingredientes de fuera.
Una vez sentados en la mesa, el presentador ha destacado que el camarero temblara tanto mientras servía los platos. Los otros comensales han tenido claro por qué era: «Es que impones, Marc«. Dejando esto de banda, los platos -que hacían muy buena pinta- han recibido algún comentario negativo porque han visto que la lechuga era de bolsa. Más allá de esto, han dicho que estaba «bueno» y «muy normal«. Los mejores han gustado más, eso sí. El menú es correcto, pero creen que no es sorprendente: «Me sorprende este tipo de cocina en gente tan joven». No ha gustado la crema catalana que han servido, muy básica. Más adelante Nuria les ha acusado de hacerla «con polvo» y ellos se han indignado.
La nota media después de descubrir la nota de los rivales ha sido de un 6,8. La mejor valoración ha estado para el espacio, con un 7,5. La cocina, la comida y el servicio empatan con un 6,5.

¿Qué han dicho los rivales de la apuesta del D Prades?
El D Prades tiene una ubicación fantástica y la terraza, con mucha capacidad, ha gustado mucho a los otros restauradores. La entrada es muy bonita, además: «La decoración encuentro que es minimalista, pero fantástica». La primera impresión, pues, ha sido muy buena. Lo que no ha gustado tanto es la limpieza, puesto que han encontrado godos mal limpiados: «¡Están llenos de jabón! Es intolerable«. La cocina está muy bien equipada, una profesionalidad que ha sorprendido porque los propietarios no hacían más que repetir que no tienen mucha experiencia ni formación. Los otros han llegado con las expectativas bajas, pues. La inspección ha estado capitaneada por madre e hija otra vez, está claro, que han demostrado que son las más exigentes de esta entrega.
¿Y qué han dicho de la calidad de la comida? Ha habido detalles que no han convencido, como la combinación de ingredientes fríos y tibios en las verduras a la brasa. Las patatas estaban bien fritas, así como el huevo frito también ha gustado. Aquí ha habido un momento tenso porque Yara ha comentado que preferiría trufa al
La nota final ha sido un poco inferior al de antes, un 6,6. Lo que más ha gustado ha sido la cocina con un 7,5 de valoración, mientras que la comida y el espacio pierden con un 6 cada uno.


Las más exigentes de este Joc de cartes defienden la propuesta de L’Hostalet
Finalmente, ha sido el turno de L’Hostalet. Madre e hija han sido muy exigentes y críticas, así que los rivales llegaban con ganas de encontrárselo todo de lo más perfecto. En general, les ha decepcionado todo lo que han visto en el espacio y a la cocina: «¡Esto no! ¡Tú no puedes congelar sin tapar la comida! Hay bolsas de congelar abiertas allí echadas… Lo que dicen no cuadra demasiado con lo que ellos hacen. Han creado una expectación que, de momento, no parece que se tenga que cumplir«, han dicho.
Jordi ha lamentado, solo sentarse en mesa, que las faves a la catalana tuvieran demasiado aceite. Su socia también ha ido a buscar las cosquillas en las propietarias: «Me han puesto zanahoria de bote en la ensalada. Esto ya…«. También ha habido una pelea con el camarero, cuando los propietarios del D Prades han vuelto a demostrar que iban a matar con muy mala baba y lo han acusado de mentir cuando ha dicho que el horno del lado no tiene pan cada día y que por eso sirven pan congelado. El menú los ha decepcionado un poco, no porque estuviera muy malo sino porque habían hecho ver que ellas eran muy superiores: «A la hora de valorar, quizás han sido más exigentes de lo que tendrían que haber sido».
La valoración final las ha colocado en primera posición, sorprendentemente, aunque todos han dicho que han visto muchas cosas que no les han gustado. Con un 6,9, el resultado quedaba muy ajustado. La mejor nota ha sido para el espacio y la cocina con un 7,5, mientras que la comida se queda con un suficiente (5,5).

Llantos y un giro final en el segundo Joc de cartes estiu
Ha habido tensión y cuchillos a lo largo de toda la emisión, así que había ganas de ver la confrontación final. Los defensores de Cal Malgret han reconocido que se esperaban de todo, pero le ha sabido mal que hayan criticado sus postres. El aplauso desde el D Prades lo han emocionado, eso sí: «Si usaras más producto de proximidad llegarías al 8 o al 9 seguro«. Después era su turno, que decían que «no querían ni imaginarse» la nota que les habrían puesto los otros: «Alguien nos ha tenido que valorar muy a la baja».
Otra vez, ha habido un rifirrafe entre los D Prades y las de l’Hostalet. Madre e hija, después, se han sorprendido muchísimo al ver que iban primeras: «Gracias, de verdad». La más joven se ha roto cuando ha visto que en la comida solo le han puesto un 5,5. Al ver todo lo que los decían, han reconocido que quizás han sido demasiado exigentes: «Nos hemos equivocado a la hora de jugar«.

Las valoraciones de Marc Ribas lo han cambiado todo y ha hecho que los ganadores de la noche acabaran siendo los propietarios de D Prades. Les ha valorado con un 7,8 muy bueno. A Cal Malgret, por su parte, les ha puesto un 7,6 de media. Y, finalmente, a L’Hostalet los ha castigado con un 5 en la comida que ha bajado su nota media hasta un 6 que las hacía bajar de la parte alta del podio. Los