TV3 emitió este domingo La Marató de 3Cat, el programa más solidario que durante 17 horas llenó la parrilla televisiva de historias, actuaciones musicales y testimonios. Este año, han dedicado el espacio al cáncer, una enfermedad que afecta a miles de personas y que necesita recursos para continuar su investigación. Los maestros de ceremonias han sido Ramon Pellicer y Roger Escapa, pero los verdaderos protagonistas son los testimonios que han sufrido, sufren o han acompañado a pacientes de cáncer. Estos son algunos de los testimonios anónimos más emotivos que han formado parte de la jornada en 3Cat.
Dos cánceres en cinco días
Luisa y Víctor son pareja y ambos han pasado por un cáncer. Su caso es curioso porque, tal como han explicado, recibieron sus diagnósticos de la enfermedad con solo cinco días de diferencia. «Tenemos un problema de discusión de pareja, y es saber quién se morirá antes», explican en su intervención en La Marató.
En el caso de Luisa, se dio cuenta de que algo no iba bien porque de repente no podía hablar. Después de dirigirse a urgencias pensando que se trataba de un ictus, la sorpresa que se encontraron es que había un tumor. Lo que probablemente no esperaban era que pocos días después Víctor aparecería con un diagnóstico de cáncer de estómago.
«Dos cánceres en cuestión de cinco días de diferencia, no me lo creía», explica. «Ya no es solo mi enfermedad, es su enfermedad y la interacción de ambas», expone Víctor. Ahora, sin embargo, Luisa vuelve a luchar contra esta enfermedad porque le han diagnosticado un segundo tumor, aunque ya ha hecho el tratamiento y por ahora deberá hacerse las pruebas para saber cómo avanza.

El cáncer hereditario y tres historias de vida
Uno de los testimonios anónimos que han pasado por La Marató son Raquel, Judit y Marta, tres generaciones de una misma familia que han vivido el cáncer muy de cerca. A Raquel le diagnosticaron dos cánceres de mama y a su hija Judit le detectaron más tarde el gen BRCA1, un componente genético hereditario, y también acabó teniendo cáncer de mama. Su historia trata el cáncer hereditario y la luz que encontraron una vez supieron que Marta, nieta de Raquel, era la primera mujer de la familia que había dado negativo y no tenía esta mutación.

«Viví los cánceres con muchísimo miedo de perder a mi madre», explica Judit. Una vez le hicieron las pruebas convenientes, descubrió que tenía la mutación del gen. En 2023 ella recibió el diagnóstico de cáncer de mama, pero por suerte, su hija Marta ha pasado por las pruebas y ha dado negativo en el gen. «Ha sido nuestra alegría», expone Raquel.
La Júlia, un cáncer muy raro en niños y un momento emotivo en el plató
Uno de los testimonios que han emocionado muchísimo a los telespectadores ha sido el caso de Júlia. Es una niña de seis años y tiene un hepatocarcinoma, un tumor en el hígado y un tipo de cáncer que es poco habitual que se dé en niños. En su caso, todo comenzó con un dolor de barriga en la parte del ombligo durante unas vacaciones. Con la fuerza y la valentía de una jovencita, Júlia ha explicado paso a paso cómo ha vivido y vive esta situación, todo un ejemplo para miles de niños y niñas que se encuentran en esta situación, luchando contra el cáncer.
Antes de las pruebas, recuerda que los médicos le pusieron música y seleccionó sus canciones favoritas. «Me gustan muchas canciones, Rosalía, Aitana, Hakuna Matata de El rey león…», explica. Para poder extirparle el tumor, tuvieron que quitarle un trozo del hígado. Durante su conversación con Ramon Pellicer, el plató hizo un pequeño homenaje para la niña, que ha convertido el sombrero en su compañero «porque le da un poco de vergüenza porque no tiene cabello». Todas las personas que formaban parte del plató, se pusieron el sombrero.
En el caso de Ànnia, también tenía seis años cuando recibió el diagnóstico de cáncer. Ella y sus padres han hablado en Catalunya Ràdio con Roger Escapa, para explicar su caso. «Yo tengo cinco años en mi cumplevida y 11 años desde que nací», explica Ànnia.
Sus padres recibieron la noticia como un golpe «es conmovedor, es un dolor que te desgarra», explica. A pesar de eso, eran conscientes de que la persona que estaba enferma era su hija y debían hacer lo que fuera posible para estar con ella al 100%. «Como

