Un corte publicitario mal colocado está arruinando el efecto del documental Et faran un home, emitido este martes por la noche en TV3 dentro del programa Sense ficció. El testimonio del crítico cinematográfico Àlex Gorina, que explicaba cómo tres sargentos lo violaron una noche de 1976 en el cuartel de Melilla donde hacía la mili, fue interrumpido bruscamente en el momento de máxima tensión, cuando comenzaba el relato de aquel episodio, por una larga cadena de anuncios, la mayoría de los cuales vinculados a la campaña comercial de Navidad. Para el afectado, es «una falta de respeto» que un trabajo como el que han hecho Mireia Prats y el resto del equipo, que valora muy positivamente, llegara así a los espectadores. Dice que está «muy enfadado» y habla de «desengaño» y de «tristeza» por «el impacto de ver anuncios de turrones en medio de mi historia, que me costó mucho contar», asegura en conversación con El Món.

Después de años de lucha contra los cortes publicitarios en la emisión de películas, series y documentales –»todo lo que sea un producto cerrado, que no sea un directo en el que puedes decidir cuándo haces la pausa»–, Gorina cree que es una batalla perdida, pero se pregunta cómo es posible que ocurran cosas como lo que se vio ayer. «No sé si se hacen automáticamente o alguien elige el momento. No entiendo que llegue este momento y hagan esto, porque contarlo para mí fue muy difícil, y verlo así es un sabotaje, con una interminable tira de anuncios de felicidad navideña y autopromociones de la cadena, sin careta ni nada. Es como una broma», lamenta. «¿Tengo que salir yo continuando la explicación interrumpida de mi violación después de un anuncio de turrones?».

Àlex Gorina, en una de las imágenes que aparecen en el documental 'Et faran un home', de TV3, sobre los abusos en la mili
Àlex Gorina, en una de las imágenes que aparecen en el documental ‘Et faran un home’, de TV3, sobre los abusos en la mili

En el momento de la conversación con El Món, alrededor de las diez y media, ningún responsable de 3cat se había puesto en contacto con él. Con el agravante de que él mismo había trabajado durante muchos años para la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, especialmente en Catalunya Ràdio, donde hizo el programa La finestra indiscreta. «Sí que he hablado con Mireia Prats, la directora del documental, que también estaba muy preocupada, y de la cual quiero dejar claro que ha hecho un trabajo excelente y que me ha tratado de manera exquisita durante la realización del documental, con una entrevista que fue impecable», remarca.

«Que pidan perdón»

Desde el punto de vista de Gorina, si la interrupción fue «un accidente» los responsables deben disculparse. «Que pidan perdón y den otra oportunidad al documental», ha reclamado. También ha avanzado que aún está decidiendo si cancela o no su intervención prevista esta tarde en el programa La selva, de Xavier Grasset. «Ya les he avisado que, si voy, que aún no lo tengo claro, diré todo lo que pienso, tanto si me preguntan por este corte publicitario como si no», alerta.

«No quiero ser el protagonista de una historia de morbo»

Gorina también subraya que si aceptó participar en el documental fue «no solo para denunciar el abuso de poder en el ejército español, que también, sino para destapar una determinada masculinidad violenta que también se ejerce contra otros hombres». «Estos abusos no son solo el ejército, sino también en el trabajo y en todos los ámbitos de la sociedad, y si los ejercen mujeres también son abusos de masculinidad. De esto aún no se habla, y es tan necesario como sacar a la luz los abusos a niños en la Iglesia y los abusos contra las mujeres», agrega.

Por eso, asegura que su miedo ha sido en todo momento convertirse en «el protagonista de una historia de morbo para tener audiencia», por lo cual ha explicado que hace unos días decidió no acudir a una entrevista en El matí de Catalunya Ràdio porque solo les interesaba hablar con él. «Yo quería que entrevistaran también a la directora del documental, Mireia Prats, y ellos no quisieron. Mi voluntad era que ella también hablara, para dar una visión más global del documental y del problema. No soy el único testigo del documental, hay muchos, y mi violación no puede ser la única cosa de la que se hable», demanda.

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