El giro de guión dramático de Como si fuera ayer en el último tramo del año no ha llegado solo. Como el ying y el yang, en una serie como la de TV3 el drama no puede estar sin la cara opuesta, la comedia. Y ya tenemos aquí el giro de comedia para entrar al invierno con las palomitas cada día frente a la tele, por la tarde, con la emisión lineal, o a la hora que cada uno quiera, con la plataforma 3cat. Resulta que la que parecía una tonta pomposa, siempre pensando en las casas de supuestos ricos que decora en la terrible Marbella, se ha revelado como la nueva estrella naciente del Comsi. Lídia (Míríam Alamany) ha comenzado a hacer movimientos sospechosos y todo indica que trama una venganza bien fría contra su prima Gina (Meritxell Huertas). Y la idea de la pérfida Lídia tiene como víctima propiciatoria a Jordi (Andrés Herrera).

Después del enfado de Lídia por la herencia de la tía Matilde, muerta de repente e interpretada por la veterana actriz Mercè Comas, Lídia ha pasado de las lágrimas a la astucia calculadora.

La escena impagable de Lídia yendo de vientre sobre las cenizas de la tía Matilde

En un primer momento, cuando descubrió que la tía le había dejado el edificio de Vic a su prima Gina, Lídia se moría de rabia y optó por una reacción visceral. Primero hizo que se le hiciera la autopsia a Matilde, lo que generó una gran angustia a Gina por si la tía, que vivía en su casa, se había equivocado con las pastillas y eso había provocado su muerte inesperada, cosa que Lídia podría haber usado para intentar cargarle la culpa de la muerte, incluso penalmente, ya que ella salía beneficiada como heredera. Pero la autopsia salió bien. La muerte había sido natural, sin indicios de criminalidad.

Meritxell Huertas (Gina), de espaldas, y Míriam Alamany (su prima Lídia) en 'Com si fos ahir', en TV3
Meritxell Huertas (Gina), de espaldas, y Míriam Alamany (su prima Lídia) en ‘Com si fos ahir’, en TV3

El siguiente paso de Lídia fue una locura que llevó a una de las escenas más gamberras y divertidas que se han visto en las siete temporadas y cuarto de Como si fuera ayer: Lídia arrojando las cenizas de Matilde al váter y sentándose a defecar diciendo «¡a la mierda, tía!». El plano de la falda de vuelo de Lídia levantándose para abrir paso hacia la taza sobre los restos de la difunta fue impagable.

Pero al día siguiente el personaje de Míriam Alamany era una mujer nueva. Dispuesta a una guerra mucho más sutil. Ahora venía lo peor. Hizo ver que aceptaba la mitad de la herencia de Gina del patrimonio que no era el edificio –que era la joya de la corona– para hacer las paces y comenzó a hacer planes. Primero escribió un texto breve y sentido para el funeral que hizo que tanto Jordi como su hijo, Valeri (interpretado por el actor Jan Serra), le aplaudieran, para el disgusto mal disimulado de Gina, que había escrito uno mucho más largo y pesado.

¿Qué se propone el personaje de Míriam Alamany con el novio de su prima?

A partir de aquí, comenzó la transformación de Lídia: de repente, se volvió simpatiquísima y empezó a congeniar incluso con Jordi, que no la soportaba y le veía malas intenciones siempre, en la batalla por la herencia. Ella se ofreció para hacerles el interiorismo en la reforma del dichoso edificio de Vic, un proyecto ambicioso que rápidamente ha captado la atención de Jordi, que tiene una tienda de muebles y le interesa la decoración. Gina encuentra el proyecto caro y Jordi considera que Lídia tiene «muy buen gusto». Y la prima comienza a buscar excusas para quedarse a dormir en casa de la pareja, a hacerse la simpática con el compañero de Gina, a mostrar pasión por la misma serie de crímenes que él… y a proponerle escapaditas con la excusa de enseñarle pisos que está reformando. Jordi se deja llevar y Gina empieza a ver sus intenciones. ¿Hasta dónde llegará?

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