Bomba de relojería en marcha en Com si fos ahir. Una de las tramas de la nueva temporada de la serie diaria de TV3 se ha acelerado de repente con el capítulo de este viernes. De hecho, hay otras tramas subiendo de temperatura, pero esta se ha disparado. Se trata de la antigua relación de Francesc (Eduard Buch) con Ona (Carmela Poch). Ona dejó plantado a Francesc en el altar hace dos décadas, y él quedó traumatizado. El mes pasado, con el inicio de la nueva temporada de la serie que más lo peta –con audiencias altísimas– en la cadena de televisión pública catalana, Ona reapareció en la vida de Francesc cuando menos lo esperaba y de la manera que no se imaginaba: resulta que es la nueva entrenadora de tenis de su sobrina, Ruth (Carlota Keiko), una adolescente intensa que vive el deporte con pasión y que lo llevará a encontrarse con su exnovia aunque no quiera, en partidos y entrenamientos.
Francesc lleva días haciendo cosas extrañas: tanto puede ser que se invente una avería en el coche para hacer que Ruth no llegue a tiempo a un partido y perjudicar a Ona, que esperaba exhibirse ante un cazatalentos de entrenadores de tenis, como puede quedar con ella para perder algo y recordar viejos tiempos. Es muy obvio que flaquea, que pasa de la rabia que lo impulsa a querer perjudicar a su ex a otro sentimiento muy diferente, que lo empuja a acercarse. Y su relación con Sílvia (Montse Germán) se resiente, porque ella tiene miedo de que Francesc se vuelva a enamorar de Ona: se lo ha confesado abiertamente a su amiga Eva (Alícia González Laá) y le ha lanzado unos cuantos reproches amargos a él.
Esta pareja, que la temporada pasada estuvo a punto de romperse para siempre por el asunto –insignificante y fugaz pero prohibido– de Sílvia con el cuñado de Francesc, Miqui (Adrià Collado), parece destinada a sufrir. De hecho, eso es una obviedad en un culebrón: todos los personajes que pintan algo tienen que sufrir. Y esta vez la amenaza en forma de infidelidad viene por el otro lado.
El beso más esperado de las últimas semanas (y el más peligroso)
Llevaba días cociéndose lo que ha pasado hoy. Los espectadores de TV3 han podido presenciar este viernes la escena clave, la que hará que todo estalle por los aires. Ona y Francesc se encuentran en la calle para hablar porque ella ha descubierto que él ha hablado mal de ella en el club de tenis para perjudicarla, y le exige explicaciones. De hecho, lo que hace es reprenderlo, reprocharle que esté tan resentido y, de paso, cuestiona que ella fuera realmente la mala de la película cuando lo dejó plantado el día que se iban a casar. Por primera vez esta historia se vuelve contra quien se suponía que era una víctima absoluta cuando Ona le asegura que lo dejó porque él iba a lo suyo y no tenía en cuenta su carrera.

Como suele ocurrir en estas conversaciones cargadas de reproches, una cosa lleva a la otra y acaban acusándose mutuamente de todos los agravios que arrastran. Y aparecen las lágrimas. Este viernes, Ona y Francesc han terminado con los ojos húmedos y pidiéndose perdón mutuamente después de haberse desahogado. Y ha pasado lo que se veía venir: han terminado dándose un beso apasionado, transportados a su juventud. Francesc ha caído en una tentación fatal que, seguramente, le hará tanto daño a él mismo como a Sílvia. Lo que ha pasado es lo que ella temía, aunque de momento no tiene ni idea de lo que está pasando. De hecho, no sabe dónde está Francesc porque le ha dicho que había quedado con Toni (David Vert). El tic-tac de la bomba ya se oye, y comienzan las mentiras y la mala conciencia de Francesc, que, de hecho, también se autoengaña. En el avance del próximo capítulo que se ha visto hoy, se ha descubierto que habrá dos secuencias importantes en esta trama, que promete capítulos que mantendrán enganchados a la pantalla a los seguidores de Com si fos ahir.