Una operación antidroga este lunes por la mañana en Viladrau (Osona) ha terminado con un tiroteo y una persecución para intentar detener a uno de los sospechosos. La Policía Nacional ha realizado una entrada y registro en una propiedad de la localidad osonense, donde ha intervenido 800 kilos de hachís, y ha logrado arrestar a uno de los hombres que se encontraban dentro, pero el otro ha huido, según ha adelantado el 9Nou y han confirmado a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) fuentes de la policía española.
El hombre escapó con un coche y durante la huida intentó atropellar a dos agentes de la Policía Nacional, quienes abrieron fuego contra el vehículo. Fuentes del cuerpo han explicado que los dos agentes dispararon contra el coche para “repeler la agresión”. El vehículo terminó estrellándose y el hombre huyó a pie. El operativo continúa en marcha para intentar atrapar al fugitivo. Los dos traficantes son franceses originarios de Marsella.
Las primeras informaciones apuntan que el piso intervenido en Viladrau funcionaba como almacén de la droga. El detenido pasará a disposición judicial en los próximos días. La instrucción está en manos del Juzgado de Instrucción de Santa Coloma de Farners (Selva).
Segundo tiroteo relacionado con la droga en una semana
Los Mossos d’Esquadra investigan el asesinato de un hombre a plena luz del día en Montgat (Maresme). Los hechos ocurrieron el jueves pasado, cuando un encapuchado se acercó a una terraza de la ronda 8 de Marzo de la localidad y disparó un tiro en la nuca a un hombre que estaba desayunando en un bar. El tirador huyó en una moto y, a pesar de los intentos de los Mossos por atraparlo, terminó escapando.

El fallecido es D.C., un antiguo estibador del Puerto de Barcelona con un oscuro pasado y que tenía vínculos con el mundo de la droga. Tras el crimen, ha salido a la luz que la víctima llevaba un tren de vida muy lujoso y se sospecha que, a pesar de haber dejado el trabajo en el puerto, aún tenía vínculos con muchas personas que trabajan allí. Se le había relacionado en varias ocasiones con el tráfico de drogas a través de la infraestructura barcelonesa, pero nunca se le pudo acusar de nada concreto. El día de los hechos acababa de dejar a su hijo en la escuela internacional Hamelin-Laie, una de las más caras de Cataluña, y había ido al bar a desayunar, tal como hacía a menudo, según fuentes policiales.