Buena parte de los pueblos y pequeños municipios de Cataluña aún conservan un fuerte carácter medieval, especialmente aquellas localidades escondidas -algunas, bastante desconocidas- del interior del país. Aunque han pasado siglos desde que se erigieron las primeras piedras de estas villas, su espíritu se ha mantenido intacto. Este es el caso, por ejemplo, de la Donzell d’Urgell, una entidad singular de población -un concepto estadístico utilizado para los censos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat)- adherida al municipio de Agramunt, en la comarca de Urgell. Se trata de una pequeña villa de poco menos de veinte habitantes, según los últimos registros censales, que, a pesar del paso de los años, «conserva un sabor y carácter todavía medievales»: «Este pueblo conserva un sabor y carácter todavía medievales, cerrado y recluso, con un conjunto de placitas y callejones sombríos, de pasos cubiertos y rincones típicos», señalan desde la oficina de turismo de la comarca de Urgell en su página web.
Uno de los elementos arquitectónicos que más destaca de este pequeño pueblo, según la misma oficina de turismo, es su castillo, que data del siglo XVI-XVII. De hecho, esta construcción de origen militar se convirtió en bien cultural de interés nacional en el año 1949. El pueblo, una parada obligatoria en una escapada de fin de semana en el corazón de Cataluña, está conformado por un pequeño entramado de calles con una plaza mayor en el centro. El pueblo amurallado, a pesar de su corta extensión territorial, esconde algunos puntos de interés para los amantes de la historia medieval. Según la página web de turismo de Urgell, en este término municipal se puede visitar la iglesia de San Pedro, una construcción religiosa de estilo neoclásico que data del siglo XVII.

El monumento que custodia la entrada del pueblo
Más allá del castillo o la iglesia de San Pedro, otra de las paradas obligatorias en una visita a la Donzell d’Urgell es el «monumento a la mujer» que custodia la entrada a la villa amurallada. Se trata de un monumento, inaugurado en 1988, que homenajea a todas las mujeres que han luchado día a día por mantener la población viva. De hecho, la piedra de la escultura contiene una inscripción que dice que se trata de un monumento dedicado a «todas aquellas mujeres que año tras año hicieron posible que nunca les faltara agua en sus hogares». Además, en las afueras de la población situada al norte de la comarca de Urgell, también se puede visitar la Ermita de San Roque, que data del siglo XV. Un espacio ideal para pasar el día en familia o con amigos: «Dispone de un espacio con un parque adaptado para disfrutar de una jornada de ocio», señalan desde la oficina de turismo del municipio de Agramunt, donde está adherida administrativamente la Donzell d’Urgell.