Según las previsiones del Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat), este primer fin de semana de febrero el sol será el gran protagonista del territorio catalán. Es por eso que muchas familias optan para romper la rutina, salir de casa, y hacer una escapada para descubrir la riqueza natural de los diferentes puntos de Cataluña. En plena situación de sequía, en la que la falta de lluvias ha provocado que espacios naturales como el Pantano de Sau hayan quedado completamente secos, en el parque natural del Delta del Ebro (Baix Ebre y Montsià) la situación es algo mejor. Por lo cual, viendo la tendencia negativa de precipitaciones, este fin de semana es un buen momento para descubrir cinco rincones imprescindibles del Delta antes que puedan quedarse sin agua.
La Isla de Buda
Según la página web de turismo del Delta, se trata del humedal mejor conservado «de Cataluña y todo el Mediterráneo peninsular». A pesar de que está abierta a visitas, la función principal de la isla es el cultivo de ‘arroz bomba’, cosa que permite «defender y conservar» el espacio del adelanto sostenido del mar ocasionado por la emergencia climática.
La Punta del Fangar
La Punta del Fangar, también conocida como el desierto del Delta del Ebro, es uno de los espacios más «singulares» del Delta, según la página web de turismo. Se trata de uno de los únicos tramos de la zona donde no se pueden encontrar cultivos de arroz, el gran protagonista de la desembocadura del río Ebro.
L’encanyissada
La laguna de l’encanyissada es uno de los espacios protegidos del parque natural. Según la web de turismo, es uno de los puntos con más afluencia de aves, es por eso que hay construidos cuatro miradores de fauna. Dentro de la zona también se encuentra la Casa de Madera, una de las construcciones más emblemáticas del Delta del Ebro. Actualmente, es un centro de información del parque natural y también ofrece un museo ornitológico.
La desembocadura del Ebro
El punto más importante del Delta es la desembocadura del río Ebro, el más caudaloso del estado español. La diversidad de parajes naturales que rodean el río y la enorme cantidad de campos de arroz lo convierten en un punto imprescindible de visitar durante una escapada de fin de semana.
La playa del trabucador
Por último, el último punto imprescindible de una visita al Delta es la playa del trabucador. Se trata de un brazo de arena que se adentra en el mar y conecta el Delta con la Punta del Cuerno. Ofrece un recorrido de 6 kilómetros, que se puede hacer andando o en bicicleta, por el apéndice de arena que permite disfrutar de las vistas del sur del territorio.







