La costa catalana es uno de los elementos que atrae cada año miles de personas. A pesar de que las grandes ciudades del país, como Barcelona, son el destino predilecto del turismo internacional, los pueblos costeros se llenan a tope durante el verano, puesto que son espacios que combinan la riqueza paisajística con los skylines de casetas blancas que dejan imágenes dignas de postal. Más allá de la capital catalana, durante los meses de más calor -y aprovechando que buena parte de la población está de vacaciones- los pueblos de la Costa Brava cobran más protagonismo entre el turismo. Es por este motivo, de hecho, que varios medios internacionales, como la prestigiosa revista norteamericana National Geographic, elaboran rankings y listados de espacios naturales imprescindibles de visitar en estas localidades. La Costa Brava se caracteriza, entre otros, por la infinidad de playas de agua cristalina y las pequeñas calas que se esconden entre las rocas del litoral. Para la revista norteamericana, estas son las tres mejores calas de la zona.

Cala de Illa Roja

La primera recomendación, y una de las playas más populares de Cataluña, es la cala de Illa Roja, situada en Begur (Baix Empordà). El nombre de la cala hace referencia al color cobrizo de la roca que preside el espacio, la cual convierte la playa en un lugar idílico con unos 120 metros de longitud y unos 20 metros de anchura. Esta cala nudista -una de las más reconocidas internacionalmente- está flanqueada por una enorme pared de roca por donde se levanta el camino de ronda en un tramo de escalas un poco empinadas. Es decir, la orografía del espacio convierte la cala en un espacio muy tranquilo.

Imagen de la cala de la Isla Roja, en Begur / Twitter

Playa del Castell

En segundo lugar, uno de los espacios imprescindibles segundos National Geographic es la playa del Castell, ubicada dentro del término de Palamós (Baix Empordà). A diferencia de la cala de Isla Roja, que se caracteriza por el entorno rocoso y la arena gruesa, en la playa del Castell la arena es muy fina, ideal para estirar la toalla, plantar el parasol, y pasar todo un día a remojo. Se trata de un espacio de más de 300 metros de longitud rodeado de pinos, los cuales encapsulan la cala. Este punto costero del Baix Empordà, a diferencia de las calas más escondidas, sí que dispone de varios servicios, como alquiler de hamacas o chiringuitos.


Cala Estrecha

Todavía al término de Palamós, la revista norteamericana también destaca la cala Estrecha. A unos treinta minutos a pie de la playa del Castell se llega a uno de los rincones más reconocidos de la Costa Brava, puesto que forma parte del espacio de interés natural de Ningún Roig. A pesar de ser uno de los espacios más reconocidos, también es una de las playas más escondidas del litoral catalán, puesto que se encuentra entre pinos y rocas. De hecho, del mismo modo que Isla Roja, el hecho de ser un espacio de difícil acceso permite a los bañistas hacer nudismo.


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