La batalla entre los sindicatos minoritarios del sector ferroviario y el gobierno español continúa escalando a raíz de las acusaciones de sabotaje durante las jornadas de huelga -que solo suscribían las organizaciones minoritarias del comité de empresa de la compañía- por parte de la dirección de Rodalies. Un conflicto tenso que se ha agravado a raíz de las declaraciones de este miércoles del ministro de Transportes, Óscar Puente, en el Congreso de los Diputados en las que ha asegurado que Renfe ya «ha despedido» a uno de los trabajadores apartados y «ha expedientado a otro». Unas palabras que, desde los sindicatos minoritarios, desmienten categóricamente: «Estas manifestaciones, además de ser totalmente falsas, resultan irresponsables, lesivas y profundamente peligrosas tanto para el trabajador al que se refieren como para el conjunto de la plantilla», exclaman a través de un comunicado el sindicato Alternativa Ferroviaria y la Confederación Intersindical del Sindicato Ferroviario.
Es cierto que se han abierto expedientes disciplinarios contra los trabajadores investigados, pero las organizaciones sindicales niegan que, de momento, se haya notificado ningún despido: «El procedimiento disciplinario al que se hace referencia se encuentra aún en fase de instrucción, habiéndose notificado únicamente un pliego de cargos, y el trabajador afectado ni siquiera ha presentado aún su réplica, estando dentro del plazo legal y convencional para ejercer su derecho de defensa», argumentan los sindicatos minoritarios. En esta línea, lejos de la argumentación que esgrime Renfe y que también mantiene el gobierno español, las entidades sindicales acusan a la misma operadora ferroviaria de «boicotear» el servicio durante la huelga de los minoritarios: «El único Boicot que sufrió la ciudadanía en las huelgas de Renfe del 26 de marzo y 1 de abril [los dos días en que se investigan a trabajadores de la compañía por un presunto sabotaje] lo llevó a cabo la dirección general del Grupo Renfe y la dirección de Rodalies«, aseguran.

Los sindicatos defienden a los trabajadores investigados
Tal como explicaba El Món, Renfe utiliza las llamadas telefónicas de uno de los trabajadores en las que se vislumbra la batalla sindical interna de la compañía para justificar la acusación de boicot durante la huelga. Unos argumentos, sin embargo, que desde los sindicatos minoritarios -donde están afiliados los trabajadores apartados e investigados- consideran que son completamente «absurdos»: «El término sabotaje implica, por definición, una acción dolosa, intencionada, con el propósito de causar un daño grave al servicio o a los intereses empresariales. Nada de esto ha ocurrido aquí. No se ha destruido infraestructura, ni bloqueado sistemas, ni impedido la circulación. No hay una sola prueba de que el trabajador haya actuado con voluntad de perjudicar. Al contrario, lo único que hizo fue atender llamadas, trasladar información y colaborar con el personal de conducción, en medio de una jornada marcada por el caos organizativo generado por la misma empresa«, aseguran en este mismo comunicado.
Con estos argumentos en mano, los sindicatos reclaman la rectificación inmediata del ministro Puente y aseguran que, si no se detiene la «campaña difamatoria» contra los trabajadores de la compañía, emprenderán nuevas acciones «legales, judiciales y sindicales». Mientras tanto, sin embargo, desde la Moncloa mantienen el tono y aseguran que «no les temblará la mano» a la hora de descubrir qué motivos provocaron las incidencias durante las dos jornadas de huelga de los sindicatos minoritarios.