El traspaso de Rodalies se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el PSC y el PSOE, que gobiernan tanto en Cataluña como en Madrid. A la avalancha de críticas constantes de los usuarios, que denuncian que el servicio funciona con retrasos y se producen incidencias en la mayor parte de las líneas de la red ferroviaria catalana, ahora también se suma una guerra entre maquinistas contra Renfe y Adif, precisamente porque están en contra del traspaso, del cual se hará cargo una empresa mixta del Estado y la Generalitat.
De hecho, la semana negra que todavía continúa comenzó el sábado de la semana pasada con un caos que la compañía atribuyó al boicot de los maquinistas y ha seguido después con varias averías, que ya no solo afectan a Rodalies, sino también a la alta velocidad, porque hay incidencias que son en la infraestructura –la ya famosa catenaria– y que dinamitan todo tipo de servicios ferroviarios. Quedan afectados incluso los de otras compañías, como ocurrió ayer por la mañana con un Ouigo que salía de la estación de Sants hacia Madrid y de donde fue necesario evacuar a los pasajeros. Posteriormente, hubo una segunda avería en la alta velocidad y una tercera, que en este caso afectó a Rodalies. Un cúmulo de desastres que, a pesar de compartir el color político de la Moncloa, llevó a la Generalitat a convocar una reunión de urgencia con Adif y Renfe para exigir soluciones. Solo ha servido para anunciar más recursos para informar a los viajeros de las incidencias.
Paros convocados para cinco días de marzo y dos de abril
En medio de este caos, con media ciudadanía revuelta y la otra mitad evitando los servicios ferroviarios, los comités de empresa de Renfe y Adif –formados por representantes de los sindicatos CCOO, UGT, CGT, la Confederación Intersindical-SF y SCF– han convocado paros para los días 17, 19, 24, 26 y 28 de marzo y 1 y 3 de abril: «Es una respuesta al incumplimiento de las promesas y los compromisos», argumenta el secretario general de Comisiones Obreras, Javier Pacheco -que este año no se presenta a la reelección en el congreso de este mes de abril-, en conversación con El Món.
Según el líder sindical, y como apuntaban los comités de empresa de las operadoras ferroviarias en un comunicado conjunto el lunes pasado, tanto el gobierno español, en manos de Pedro Sánchez, como la Generalitat de Cataluña, encabezada por Salvador Illa, «no han sido transparentes» con las decisiones políticas sobre el traspaso de competencias de Rodalies: «Las organizaciones sindicales han sido meros receptores de esta información, sin posibilidad de participación en la toma de decisiones. Estas medidas suponen una ruptura total de los acuerdos previos, dado que las soluciones adoptadas por el Ministerio en coordinación con la Generalitat son diametralmente opuestas a los pactos», denunciaban en el comunicado conjunto con el que anunciaban la convocatoria de la huelga.
Los puntos de conflicto que han precipitado la huelga
El representante de UGT del Grupo Renfe, Francisco Cardenas, asegura que el gobierno español «ha incumplido cuatro de los cinco puntos» acordados con el titular de la cartera de transportes de la Moncloa, Óscar Puente: «Los aspectos que ha negociado el ministerio con la Generalitat y Esquerra Republicana no tienen nada que ver con los que habían acordado con nosotros», asevera. Una idea que también suscribe Pacheco, que mantiene que la administración española ha incumplido los compromisos establecidos en noviembre de 2023, momento en el que también se produjeron algunas jornadas de huelga contra el anuncio del traspaso de Rodalies: «Por ejemplo, no se ha hecho la mesa de coordinación de Rodalies pactada», asevera. En este sentido, Cardenas asegura que uno de los aspectos que más les «preocupa» como sindicato es la exclusión de las líneas de la Red Ferroviaria de Interés General (XFIG), tal como ya ha sucedido con un tramo de la línea de tren del Maresme: «Es un elemento clave para la seguridad», apunta el representante de UGT de Renfe.
Por otro lado, el secretario general de CCOO asegura que el objetivo de esta huelga es «dar un toque de atención» a los gobiernos porque consideran que las negociaciones políticas deben «coordinarse» con las organizaciones sindicales, ya que la situación actual pactada entre la Moncloa y Sant Jaume no «garantiza» firmemente los derechos de los trabajadores: «Confío en que podamos sentarnos y hablar», añade. Una idea que también comparten desde la UGT. Ante el anuncio de la huelga, la consejera de Territorio, Vivienda, Transición ecológica y portavoz del ejecutivo catalán, Sílvia Paneque, se ha mostrado optimista sobre la posibilidad de evitar que los paros lleguen a llevarse a cabo. En esta línea, a raíz de las críticas contra el traspaso de Rodalies -especialmente, de Junts-, la titular de la cartera ha querido dejar claro que la huelga convocada «no es» contra el cambio de gobernanza del servicio, «sino por el mantenimiento de sus derechos laborales y sociales durante y después del traspaso». Y es por eso que ha reiterado que «esta es una garantía que desde el Ministerio de Transportes y el Gobierno se ha expresado de manera clara, no habrá pérdida de derechos laborales».

Pugna entre sindicatos por la huelga
La guerra abierta que mantienen las principales organizaciones sindicales de Renfe y Adif contra las operadoras ferroviarias repercute, directamente, en el día a día de los catalanes. En este sentido, para defender los derechos de los usuarios que utilizan habitualmente el servicio de trenes, el secretario general de la Intersindical CSC, Sergi Perelló, denuncia el «corporativismo» que están llevando a cabo «algunos sindicatos», en referencia a CCOO y la UGT, con esta convocatoria de huelga: «Están haciendo chantaje corporativo», asegura Perelló, que lamenta que los principales afectados por las protestas serán los «trabajadores» catalanes que tienen que tomar el tren cada mañana para ir al trabajo. «Como sindicato nos parece muy mal que se antepongan los derechos de algunos trabajadores, que se pueden negociar, a los de otros trabajadores que utilizan los trenes», continúa.
En esta línea, el sindicalista apunta que, más allá de garantizar los derechos de los profesionales de las dos operadoras ferroviarias -una cuestión que también defiende-, hay una cuestión más de fondo, que es el transporte público: «El sistema de transporte público debe ser un elemento de cohesión territorial, pero hace décadas que no se invierte en Rodalies», exclama. Asimismo, el sindicato catalán también considera que la falta de seguridad en el servicio y las continuas averías -que se producen por la infrafinanciación de la red de trenes de Cataluña- no solo afectan a los usuarios, sino que significan también una grave vulneración de las condiciones laborales de todo el personal vinculado a Renfe y Adif.
En los últimos meses, sin embargo, el gobierno español ya ha comenzado a hacer más inversiones en la red ferroviaria para intentar paliar la endémica falta de financiación. Un objetivo que todavía está lejos de conseguirse. «Pedimos un servicio gestionado por la Generalitat que sea eficiente, pero también unas condiciones laborales dignas y seguras», apunta el secretario general de la Intersindical.

Los usuarios, los principales perjudicados del alboroto en Rodalies
La argumentación del secretario general de la Intersindical la comparte la portavoz de la plataforma Dignitat a les Vies -una entidad que agrupa a varios usuarios del Camp de Tarragona-, Anna Gómez, la cual asegura que ya están «muy cansados» del mal funcionamiento del servicio: «Los usuarios somos quienes pagamos los platos rotos, y eso duele aún más cuando viene desde un despacho», asevera la portavoz de la plataforma. En este sentido, Gómez se muestra muy «preocupada» porque los ciudadanos, especialmente los tarraconenses -que han sido castigados durante cinco meses por un corte ferroviario en el servicio de regionales-, acaben «desistiendo» de utilizar el tren: «Muchos ya no han vuelto después de estos meses de obras. Los que han encontrado una alternativa [como puede ser el transporte por carretera con vehículo privado] ya se han quedado», asevera la portavoz, que asegura que los usuarios encaran con «mucha resignación» el anuncio de la nueva huelga. «Nos dicen [desde la administración] que tengamos paciencia, pero estamos muy cansados. Tienen dos retos, rehacer el servicio y recuperar la confianza, y de momento están muy lejos de ambos«, argumenta la representante de los usuarios, que lamenta que si no se ponen en marcha soluciones efectivas se puede acabar «despoblando» el sur de Cataluña.
A pesar de la desconfianza de la plataforma Dignitat a les Vies, los sindicatos convocantes del paro aseguran que la huelga también tendrá efectos positivos para la ciudadanía. Principalmente, denuncian que la creación de la empresa mixta -la nueva operadora ferroviaria que se coordinará entre Barcelona y Madrid- supondrá un aumento de los costos a los que deberán hacer frente los ciudadanos, ya que se duplicará el «entramado societario» con un nuevo presidente, nuevos consejeros y estructuras paralelas: «Esta duplicidad afectará también las economías de escala en la compra de trenes, materiales, instalaciones de circulación y seguridad, formación y habilitaciones», apuntan los sindicatos convocantes de la huelga. Sea como sea, y con las negociaciones entre sindicatos y gobiernos, ambos controlados por la formación socialista, aún por comenzar, la nueva huelga de trabajadores en Rodalies enreda aún más el servicio y dificulta que los usuarios recuperen la confianza en unos trenes que continúan sin funcionar eficientemente.