El traspaso de Rodalies firmado entre ERC y el PSOE antes de la investidura de Pedro Sánchez como nuevo presidente de gobierno español provocó malestar entre los sindicatos de Renfe, que convocaron cinco días de huelga. Este miércoles, Renfe ha anunciado que cancelará aproximadamente unos 400 trenes en Cataluña, cosa que se sumará a los servicios mínimos decretados por el Govern durante el viernes 24 de noviembre, el jueves 30 de noviembre, y el 1, el 4, y el 5 de diciembre, los días en los cuales las organizaciones sindicales han optado para decretar la huelga coincidiendo con el puente de la purísima. Los servicios mínimos decretados por el Gobierno fijan una frecuencia de del 66% en las horas puntas (desde las 6:00 horas hasta las 9.30 horas y desde las 17:00 horas hasta las 20:30 horas) y del 33% el resto del servicio los cinco días de protestas.
Los empleados reclaman aclarar cuál será su futuro, teniendo en cuenta que Renfe dejará de operar en territorio catalán con la creación de la sociedad mixta participada por Generalitat y Estado, Rodalies de Cataluña que asumirá la gestión de la R1, R2 sur y la R3, pero que, a medida que pase el tiempo y el traspaso se afianci, podría asumir el control de más líneas. Estas paradas programadas de 24 horas también estarán secundadas por los empleados de Adif, empresa que se encarga de las infraestructuras de la red ferroviaria de Cataluña que irá perdiendo presencia en el territorio.

Complicaciones previstas durante la vaga
Fuentes conocedoras advierten a la ACN que la situación en la red de trenes catalana puede ser complicada este viernes, puesto que los servicios mínimos han llegado dos días antes de la convocatoria y es posible que haya trabajadores a quienes no se los pueda comunicar oficialmente que tienen que ir a trabajar y no se presenten. Todo esto puede complicar el buen funcionamiento de la huelga, ocasionando todavía más agravios para los usuarios que se ven rodeados por la protesta.