«Sin los médicos y las enfermeras no tendría a mi niña en los brazos». Así de emocionada ha empezado su discurso la madre de Aisha, Radya Bakuri. Aisha es una niña que nada más nacer necesitó una reanimación y el traslado urgente desde Santa Tecla al Hospital Joan XXIII. Sufría insuficiencia respiratoria porque en algún momento antes del parto le faltó oxígeno. Los intestinos se le relajaron e hizo la primera deposición todavía en el líquido amniótico de la madre. Tragó este líquido y, al nacer, no pudo respirar. En el Joan XXIII no pudieron hacer que mejorara su estado, por lo cual Aisha requirió ECMO, oxigenación por membrana extracorpórea, doce horas después de nacer. El ECMO permite sustituir la función del corazón o de los pulmones del paciente mediante la extracción de la sangre del cuerpo, es decir, se le pone oxígeno y se le saca dióxido fuera del cuerpo y sin el esfuerzo del paciente por respirar.
Los profesionales del Vall de Hebrón de Barcelona se trasladaron a Tarragona cuando Aisha estaba a punto de morir y empezaron la terapia para estabilizarla. La niña todavía no tenía ni un día de vida y su peso no superaba los dos kilos, lo que complicó la situación. En Tarragona, los profesionales del Vall de Hebrón empezaron la terapia ECMO para salvarla y una vez estabilizada se hizo el traslado a Barcelona, donde continuó con el tratamiento durante ocho días y se le fue retirando progresivamente cuando pudo respirar por ella misma. Este viernes la niña ha estado presente en la rueda de prensa, durmiendo plácidamente en los brazos de su madre, que ha agradecido muy emocionada el trabajo que han hecho los sanitarios con su hija.

Un sistema «único» en Europa
Lo que salvó la vida de Aisha fue el traslado adecuado al hospital de referencia en patología pediátrica, puesto que cada vez necesitaba más apoyo respiratorio y su sistema inmunitario estaba muy débil. El «trabajo en tándem» consiguió que el tiempo en que Aisha fue atendida fuera similar al que se habría necesitado si ya hubiera nacido en un lugar con ECMO. El doctor Joan Balcells, uno de los médicos que la ha tratado, explica que el caso de Aisha era muy complejo porque solo tenía un día de vida y se necesitó un cirujano pediátrico y el traslado de todo el equipo. «Todo requiere más precisión, las cánulas se tienen que poner en arterias mucho más pequeñas, la cantidad de sangre es mucho más precisa y los efectos de la exposición del paciente al circuito que está fuera de él son más grandes», ha explicado el doctor. «Estamos satisfechos de poder contribuir a la equidad del territorio», ha añadido.
Por su parte, la doctora Elisabeth Esteban, coordinadora del SEM Pediátrico del Hospital San Juan de Dios, ha explicado que el sistema de traslado que se utilizó con Aisha se hizo con el SEM Pediátrico, un sistema «único» en Europa tal como se desarrolla en Cataluña. Se acompañó a la niña en ECMO hasta Barcelona con un modelo «muy centrado en el niño y la familia». El director médico del SEM, Jorge Morales, por su parte, apunta que «estamos en condiciones de garantizar la equidad territorial gracias al hecho de que se han unido las piezas del puzle y se ha implementado una visión de 365 grados».
Nuevo programa para que todo el mundo tenga acceso a ECMO
El consejero de Salud, Manel Balcells, ha celebrado la implementación de este programa que «consolida de forma estable esta atención con ECMO». «Ya no se buscarán soluciones sobre la marcha, sino que estará protocolizado y se podrá dar respuesta 24 horas, siete días en la semana a todos los enfermos pediátricos que necesiten este tratamiento», ha reivindicado Balcells, que ha recordado que esta tecnología «salva vidas» como demuestra el caso de Aisha. En los últimos tres años se ha utilizado esta tecnología un total de diez veces.