Como cada último fin de semana de marzo, Europa se prepara para avanzar una hora los relojes. A pesar de que los móviles y los ordenadores lo hacen de manera automática, las familias ya se preparan para poner los relojes en hora. Esta madrugada los relojes se tendrán que avanzar y en Cataluña a las 2.00 serán las 3.00. Una hora menos de sueño que, supuestamente, se hace con el objetivo de ahorrar electricidad. ¿Pero hay un ahorro real con los cambios de hora? ¿Sirve para algo más allá de confundir a la población año tras año?
El cambio de horario se puso en marcha el 1974 después de la crisis del petróleo del 1973, que provocó un aumento desmesurado de los precios del crudo y obligó a Europa a buscar soluciones para reducir el consumo de energía. Una de las soluciones fue el cambio temprano, que teóricamente se puso en marcha para dar más horas de luz por las mañanas y evitar recurrir a la luz artificial. Con todo, hay estudios, como el del Instituto por la Diversificación Energética, que calculan que el ahorro energético real es de unos seis euros anuales por persona.

La polémica anual por el cambio de hora, a punto
Esta semana la Time Use Initiative ha vuelto a denunciar que, con el cambio horario, se volverá a entrar en el huso horario “equivocado” y ha reclamado a los partidos políticos que incluyan la reforma en sus programas electorales para las elecciones europeas del 9 de junio. Los expertos de la entidad piden que a partir de 2026 se deje de cambiar la hora para moverse al horario de verano. En un manifiesto, Time Use Initiative pide que se haga un debate público serio sobre la gestión del tiempo y avisa que los horarios desalineados tienen efectos nocivos sobre la salud.
El horario de verano hace que los horarios sociales empiecen antes que el ciclo natural día-noche, hecho que aumenta la privación de sueño y tiene efectos negativos en la salud, la economía y la seguridad. “La UE tiene el poder de cambiar esto”, insisten. El 2018 la Comisión Europea propuso la eliminación de los cambios de horario al Consejo Europeo y en el Parlamento Europeo, pero desde entonces no ha habido adelantos significativos ni se ha planteado un debate serio sobre la cuestión. De hecho, todavía hay cierta polémica sobre si habría que quedarse de manera permanente en el horario de verano o en el de invierno.