Dos días de huelga. Dos demostraciones de fuerza. Más de un millar de médicos han salido a la calle este martes y miércoles para reclamar mejoras urgentes para el colectivo médico, pero también para el conjunto del sistema sanitario catalán. El agotamiento de los profesionales del sector, sobrecargados asistencialmente, se ha convertido en la gota que ha colmado el vaso, hasta llegar a un punto sin retorno. Y así lo han hecho saber los médicos con estas dos primeras jornadas de huelga, que inician una nueva ola de protestas en los centros de atención primaria y hospitales del país. Convocados por el sindicato de Médicos de Cataluña, mayoritario dentro del sector, facultativos de todo el país han detenido temporalmente su trabajo habitual para hacer valer sus reivindicaciones. Según las cifras del sindicato, el seguimiento de la huelga fue de un 45% durante el primer día, y de un 55% este segundo. Salud, sin embargo, reduce los seguimientos al 7,2%.
El principal foco de reivindicación es la creación de un convenio médico propio. Esta reclamación va dirigida al Ministerio de Sanidad, dirigido por la ministra Mónica García, ya que desde hace tres años trabaja para reformar el actual estatuto marco de los profesionales sanitarios. Ahora bien, la reclamación también recae en el Departamento de Salud, encabezado por Olga Pané, ya que muchas de las mejoras laborales que quieren incluir en este convenio propio, como la reducción de las guardias, son competencia de la administración catalana. El gobierno español –y, por consecuencia, el catalán– ha cerrado la puerta en reiteradas ocasiones a crear un estatuto independiente para los médicos. Aun así, los facultativos siguen insistiendo. Y, tal como han dejado claro en las manifestaciones de los dos primeros días de huelga, no desistirán hasta lograrlo. De hecho, aseguran que estas dos protestas son las primeras de «muchas» si la situación no cambia.
El Gobierno se defiende
Ante las dos primeras jornadas de huelga, el gobierno de Salvador Illa ha mantenido su postura habitual y se ha mostrado abierto a «escuchar» las reivindicaciones de los facultativos. Ahora bien, la portavoz del Gobierno, Sílvia Paneque, también aseguró durante la rueda de prensa posterior al Consejo Ejecutivo de este martes que las reclamaciones de los médicos “ya se han tratado y acordado en los convenios” aprobados. A pesar de ello, Paneque sostiene que «el Gobierno defiende un sistema público de salud con las máximas garantías y le importan las condiciones laborales de quienes trabajan en él». «Por eso los escucharemos y ya se verá si se pueden atender algunas de las demandas», añadió. Un argumentario que se contrapone con la posición de los médicos: «Es un tsunami que no habrá nadie que lo detenga porque los médicos estamos obstinadamente levantados y no pararemos hasta alcanzar nuestros objetivos», advierte el secretario general de Médicos de Cataluña, Xavier Lleonart.

Más recursos para los médicos
Los médicos concentrados estos dos días en el centro de Barcelona, tanto en la protesta del martes, que recorrió la distancia entre la Delegación del gobierno español hasta la plaza de Sant Jaume, como la de este miércoles, que ha arrancado delante de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona (UB) y se ha desplazado hasta las puertas del departamento, han denunciado por activa y por pasiva que les «faltan manos». Así lo explica el médico de familia de Blanes Javier O’Farrill González: «Estamos en una situación de precariedad; hemos denunciado la falta de profesionales por la mala gestión de la administración», remarca O’Farrill, que destaca que los facultativos deben asumir dos o tres veces más actividad que sus predecesores. En esta misma línea, Ámparo Cavaller, pediatra en el Hospital Pius de Valls, también alerta que la falta de recursos afecta directamente al conjunto del sistema sanitario: «Tenemos que vigilar mucho más; se trabaja con dificultad y estrés, y eso es algo que supongo que se conoce, pero no se dan soluciones«, lamenta la pediatra.
La situación, según aseguran, es límite. «Está yendo cada vez a peor y no es algo que la sociedad se pueda permitir», comentaban algunos facultativos concentrados en las protestas. En este sentido, Xavier Lleonart también insta a la consejera Pané, como máxima responsable del sistema sanitario, y a las patronales a sentarse con el sindicato a negociar las reivindicaciones para ofrecerles soluciones, ya que considera que, a estas alturas, son un colectivo «infrarepresentado» en las mesas de negociación, tanto en Cataluña como en Madrid. Incluso, el secretario general del sindicato mayoritario del sector considera que hay gente que forma parte de estos espacios de decisión a la que le importa «un comino» las condiciones en que trabajan los médicos.

Las guardias, otro foco de conflicto
En una breve atención a los periodistas desde la plaza de Sant Jaume, el secretario general del sindicato mayoritario del sector alertaba que las nuevas generaciones que suben, que cada vez son más debido a las jubilaciones de los nacidos en el baby-boom, son muy conscientes de que las condiciones laborales de los médicos deben mejorar para poder atender correctamente a los pacientes: «No quieren tener sobrecargas de agenda ni poner en riesgo la salud de los enfermos con 24 horas de trabajo continuo y no quieren tener que sufrir burnout. Si continuamos así, habrá toda una parte que seguiremos protestando, pero habrá otra que abandonará el sistema y dejará la sanidad sin médicos. Esto quizás lo quieren los políticos, pero nosotros no, y la población tampoco debería quererlo«, aseveraba con contundencia Lleonart al finalizar la primera protesta de la nueva ola de huelgas.
En este contexto, los facultativos catalanes presionan a la administración para lograr mejoras tangibles para su colectivo y paliar las carencias enquistadas del sector. Unas mejoras que, según consideran, quedarían resueltas con un convenio propio, a pesar de que tanto el Gobierno como la Moncloa lo descartan. Las dos primeras jornadas de huelga han servido para tomar el pulso a la consejería de Salud y demostrar su fuerza de movilización. Si en las próximas semanas no hay ningún cambio, los médicos volverán a la carga el 14 de enero y el 15, con dos nuevos días de huelga y más protestas. Según aseguran, las primeras de muchas. «Si no es esta consejera será la siguiente, pero tendrán que sentarse a dialogar», avisa Lleonart.

