Hacia las seis y cuarto de la tarde ha empezado la retirada de los cuerpos de los tres trabajadores de la mina de potasa de Súria que este jueves han perdido la vida después de un desprendimiento. En un ambiente de tristeza, con el personal de la mina visiblemente afectado se ha activado todo el protocolo de emergencias y rescate y, después de nueve horas de trabajo, los equipos de rescate han podido retirar los cuerpos de la galería de 900 metros de profundidad donde habían quedado sepultados.

El levantamiento de los cadáveres ha estado casi un proceso de orfebrería para asegurar el terreno y la entrada de los equipos de rescate de la misma mina, así como dos grupos especializados de los Bomberos de la Generalitat y de los Mossos de Esquadra. Precisamente, la profundidad y el riesgo de un nuevo desprendimiento ha estado lo que ha retardado más las tareas de los equipos de emergencias. De hecho, la retirada de los cadáveres prácticamente ha coincidido con la visita que ha hecho el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, para informarse a pie de la tragedia de las tareas de salvamento.
Según el consejero delegado de la empresa, Patrick Chacana, que ha atendido los medios luego que ha empezado la retirada de los cadáveres, ha señalado que abrirá una investigación interna para conocer las causas, y que en esta mina hacía 10 años que no se registraba ningún accidente trágico de esta magnitud. Después, ha asegurado que se ponen a disposición de las familias de Vitoriano, Daniel y Oscar, de 28, 29 y 31 años de edad. En este sentido, ha remarcado que los tres estaban haciendo una tarea rutinaria precisamente para asegurar la continuidad de la galería que se encuentra a 900 metros de profundidad y que no es la más profunda de la mina.