«El mantra de las armas blancas comienza a parecer la amenaza fantasma». Este es un comentario en El Món de un funcionario de Interior, con más horas en el departamento que el eterno Joan Delort (ahora recientemente jubilado). Y, de hecho, la razón de los datos acompaña su conclusión. Así lo demuestra una respuesta parlamentaria de la consejera de Interior, Núria Parlon, a petición del portavoz de Vox en la cámara catalana, Sergio Macián, sobre el número de delitos registrados con arma blanca, según los datos tanto de Mossos d’Esquadra como de las policías locales. La respuesta es que el departamento no tiene las cifras porque los «programas informáticos» no pueden «discriminar» los datos.

La falta de esta información se suma a la expresada por parte del departamento de Salud, también difundida por El Món, en la que la misma consejera del ramo, Olga Pané, detallaba que ni con los datos de intervenciones médicas, ni del Sistema de Emergencias Médicas podían distinguir o especificar el número de atenciones sanitarias por uso de arma blanca. Además, El Món recogía también el pasado marzo el colapso de los servicios administrativos de Interior a raíz de la cantidad de supuestas armas blancas que se habían confiscado. Una cifra de 6.386 expedientes que favorecía, por su complejidad y cantidad, que los expedientes caduquen.

Cataluña y Barcelona

Los datos hacen tambalear la gran operación contra las armas blancas del tándem Parlon y Josep Lluís Trapero, director de la Policía de la Generalitat, que ambos presentaron en su puesta de largo en la primera comparecencia de prensa. De esta manera, la consejera pone negro sobre blanco la imposibilidad de saber cuántos delitos con arma blanca han detectado los Mossos y las policías locales desde 2023. En este sentido, cabe destacar que desde el Ayuntamiento de Barcelona, por parte del concejal de Seguridad, Albert Batlle, se hizo bandera de este plan Daga contra las armas blancas instalando hasta 82 controles aleatorios por la ciudad. Cabe destacar que el mismo jefe de la Guardia Urbana de Barcelona, Pedro Velázquez, ubicaba las armas blancas en entornos domésticos, en situaciones de personas sin hogar o en peleas asociadas con consumo de drogas y alcohol.

La Guardia Urbana dice que las agresiones con arma blanca tienen lugar en entornos domésticos, a veces estas armas están asociadas a la falta de hogar, se utilizan en peleas en entornos de ocio “asociadas a consumo de drogas y de alcohol” y en “estructuras incipientes” en la ciudad de bandas que, según el jefe de la Guardia Urbana, no tienen la “sofisticación” de las bandas latinas, explicó Velázquez. Y en menor grado, los agentes detectan agresiones con armas blancas fruto de “brotes psicóticos” o la ingestión de sustancias estupefacientes.

Núria Parlon y el director Josep Lluís Trapero, en Girona, donde celebraban una Junta de Seguridad Local/Xavier Pi/ACN
Núria Parlon y el director Josep Lluís Trapero, en Girona, donde celebraban una Junta de Seguridad Local/Xavier Pi/ACN

Culpa de la informática: por qué no se saben los datos

La respuesta de Parlon, a la que ha tenido acceso El Món, se transmitió el pasado 18 de febrero. Un documento, con el que afirma que «aunque es posible contabilizar los procedimientos en los que consta algún arma blanca, las que ahí constan pueden ser intervenidas, comisadas, sustraídas, perdidas, entregadas, etc. posteriormente a la comisión del delito concreto». Con esta premisa asegura que «en ningún momento se puede discriminar si el arma se ha usado para cometer el delito y si se ha exhibido».

«La tipología de delitos en los cuales pueden tener incidencia o presencia las armas blancas es muy diversa y comprende un gran número de ilícitos penales que, por ahora, no son explotables por este elemento», remarca la consejera. De hecho, la ignorancia de los datos se la atribuye a los informáticos del cuerpo. «Los programas informáticos de la Policía de la Generalitat – Mossos d’Esquadra, en la actualidad, no pueden discriminar y explotar la tipología de hechos que se solicita [delitos con arma blanca] de forma automatizada», justifica.

La respuesta de Núria Parlon sobre la ignorancia de Interior sobre los delitos con armas blancas/QS
La respuesta de Núria Parlon sobre la ignorancia de Interior sobre los delitos con armas blancas/QS

Demasiado trabajo e inversión

En este contexto, Parlon explica que «la información específica sobre delitos cometidos con arma blanca queda recogida, cuando se han instruido diligencias policiales, dentro del contenido de los atestados». Ahora bien, después esta información «se introduce de manera no estructurada en las bases de datos y, por lo tanto, no se puede extraer de manera automática». A diferencia de otros tipos de delitos, sobre los cuales se puede hacer un desglose de manera relativamente rápida.

Parlon argumenta que «obtener esta información requiere una compleja tarea de elaboración o reelaboración y se tendrían que revisar y analizar detalladamente y de forma manual todas las investigaciones y atestados policiales en los cuales constase un arma blanca, requiriendo una gran inversión de tiempo y de recursos humanos». Es decir, que el balance contable y humano del departamento no les permite conocer cuántos y en qué detalle se perpetran delitos con arma blanca en Cataluña.

Albert Batlle, abanderado del Plan Daga en Barcelona/Blanca Blay, ACN
Albert Batlle, abanderado del Plan Daga en Barcelona/Blanca Blay, ACN

Se incrementan las confiscaciones

Los únicos datos que, de momento, parecen claros son sobre las requisas. Los datos aportados por Interior apuntan un incremento de las confiscaciones de armas blancas en las calles de Cataluña. Los primeros datos fueron difundidos en septiembre por el comisario en jefe del cuerpo, Miquel Esquius, que explicitaba que en 2020 se confiscaron 3.831 armas y en 2024 la cifra ya era de 6.252.

En noviembre, Interior informaba a través de una respuesta parlamentaria que en 2023 se confiscaron 9.180, y durante la primera mitad de 2024, aproximadamente la mitad que el año anterior (4.545). El 65% de las armas intervenidas en 2024 son navajas (2.956 unidades), el 28% son cuchillos, y casi un 4%, machetes. El listado de armas cortantes incluía también katanas, puñales, dagas, hachas, bastones estoque (bastón vaciado que contiene una hoja de espada oculta), bayonetas y estrellas con punta, entre otras.

Pero el cinco de febrero de este año, Parlon cifraba en 11.453 las armas blancas que la policía de la Generalitat había intervenido durante todo el 2024. Es decir, un 14% más que en 2023. Ahora bien, a pesar del aumento de estas confiscaciones, Interior no puede contabilizar a qué hechos delictivos penales están asociados, porque, simplemente no tiene los datos. De hecho, ni como la Guardia Urbana de Barcelona, que aunque admitía el pasado mes de septiembre un incremento de las peleas en un 143% entre los años 2019 y 2023, solo podían decir que «en muchos casos» había «presencia de armas blancas».

Dos agentes de los Mossos d'Esquadra cargando en un vehículo una caja llena de armas blancas decomisadas en el Poal/Oriol Bosch/ACN
Dos agentes de los Mossos d’Esquadra cargando en un vehículo una caja llena de armas blancas decomisadas en el Poal/Oriol Bosch/ACN

Una prevención que no es barata

A pesar de esta falta de datos concretos, rigurosos y objetivos de delitos cometidos con armas blancas, Interior continúa la intensificación del Plan Daga. Un operativo que está en marcha desde enero de 2023. La base del plan, según un informe de Interior, presentado en octubre al Parlamento es, en primer término, la prevención y las investigaciones en zonas o entornos de riesgo donde se producen estos incidentes y detectar bandas organizadas. Una manera de «dirigir las acciones policiales concretas sobre la tenencia de armas blancas».

En segundo lugar, el plan quiere «desplegar medidas de conocimiento dentro del marco educativo, establecer contactos y sesiones informativas a empresas y personal de seguridad privada, colaborar con otros actores de seguridad para realizar acciones preventivas y para reforzar el circuito de detección». En total, los Mossos destinaron un total de 64.769 horas durante el 2023 al Plan Daga. Una cifra que se puede ver superada muy fácilmente cuando se cierre el balance de 2024, porque solo el primer semestre del 2024 se destinaron un total de 42.148 horas en servicios con armas blancas. Teniendo presente que la hora diurna ordinaria sale por la categoría de mosso a 23,56 euros –importe que se incrementa si las horas son nocturnas y por la categoría del policía-, los números salen pronto, llegando a superar el millón de euros solo en seis meses.

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