Los doce detenidos para pertenecer a la organización supremacista blanca Combate 18, detenidos esta semana, estudiaban «de manera muy activa» ataques a «mezquitas, intereses judíos o locales del entorno ideológico opuestos, como ahora la extrema izquierda antifascista». De hecho, según ha asegurado el número dos de la Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra, el intendente David Sánchez, «no había un objetivo concreto», pero si no se hubiera desarticulado el grupo podrían haber tenido plena capacidad para atentar o perpetrar sus ataques. De hecho, intentaron adquirir armas de fuego real a través de los colectivos Combate 18 internacionales. Ahora los analistas de los Mossos esperan hacer el vaciado de los aparatos móviles y las comunicaciones por saber el alcance de sus planes y su nivel de radicalización. En este sentido, la policía insiste que la investigación continúa abierta.
Los detenidos en la operación Drakaris son trece hombres y tres mujeres, de entre 29 y 49 años, con tareas y responsabilidades definidas y con una estructura absolutamente jerárquica. En este marco, la policía destaca que en el grupo desarticulado ya había un «sargento de armas», el líder de la organización en España, y un «teniente». Los caudillos se encontraban todos en Cataluña. La investigación se comenzó a finales del año 2022 y entró al juzgado de instrucción 3 de Manresa, porque uno de los implicados era de Navarcles, partido judicial de Manresa. El juzgado los ha dejado en libertad con medidas cautelares. Los analistas de los Mossos insisten que tenían «evidentes y claras conexiones internacionales». El intendente Sánchez ha indicado que detectaron con la monitorización de las redes sociales. «Ninguna red social extraña», ha detallado el mando.

«Un movimiento planetario»
Según la inteligencia de los Mossos d’Esquadra, el supremacismo blanco es un «movimiento planetario» basado en el
En cualquier caso, los Mossos consideran que el yihadismo y el supremacismo blanco son las dos grandes amenazas terroristas de la sociedad catalana actual. En cambio, por una «cuestión coyuntural», la extrema izquierda violenta ahora no es una amenaza inminente ni tampoco han «detectado» una contrarreacción que espolee el extremismo de izquierdas. «Operaciones como estas detenciones reducen un efecto de retroalimentación entre los extremismos violentos», ha resaltado el intendente.
Los detenidos están imputados por los delitos de constitución, pertenencia y dirección a organización criminal, un delito contra el ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas, tenencia ilícita de armas y de explosivos y un delito de salud pública. La magistrada instructora ha acordado, de acuerdo con la fiscalía –que no ha solicitado el ingreso a prisión para ninguno de los detenidos–, la libertad provisional: seis de ellos con comparecencias semanales al juzgado y los otros seis, a disposición del juzgado siempre que sean requeridos.