«Es un problema que hace tiempo que dura y parece que nadie ponga solución!», exclama uno de los miembros de la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra, la unidad de élite de orden público de la policía catalana. En concreto, se trata de los gases que, según ellos, se generan dentro de las furgonetas cuando están en marcha. «Tenemos problemas de cefaleas y respiratorios a raíz de la combustión defectuosa de las furgonetas», lamentan desde la sección de orden público del sindicato SAP-FEPOL.

Los problemas de combustión se dan sobre todo en las furgonetas que tienen una antigüedad de más de cuatro años, unos vehículos que normalmente durante los servicios de vigilancia y custodia siempre están en marcha en puntos estáticos. Desde el Servicio de Administración de las Unidades Centrales, (SAUC), han admitido el problema como mínimo en 16 furgonetas modelo Mercedes Sprinter. A pesar de alguna reparación, la anomalía persiste y los sindicatos están dispuestos a llevar el caso ante la Inspección de Trabajo.

Imagen de archivo de un agente de la BRIMO de los Mossos donde uno de los agentes custodia una furgoneta en un punto estático/ CME

Ni reparadas carburan bien

Desde la dirección de los Mossos d’Esquadra, aseguran que se ha «gestionado la reparación de nueve de estos vehículos» y que están preparando la entrada a boxes de las siete restantes. Pero los agentes de la Brigada Móvil insisten que, a pesar de la reparación, las furgonetas presentan el mismo problema de combustión. «El problema se detecta especialmente cuando los efectivos pasan tiempo en un punto estático, tanto si tienen que permanecer en el interior del vehículo como si se encuentran custodiando la furgoneta en el exterior», recuerdan desde el sindicato. «Es una disfunción grave y una amenaza para la salud de los compañeros, exigimos que quede resuelta», advierten desde el sindicato SAP-FEPOL.

En este sentido, los delegados sindicales de la Brimo se preguntan por qué, cuando se devuelve un vehículo supuestamente reparado, el servicio de materiales «no hace las gestiones oportunas para verificar que estas furgonetas realmente han dejado de emitir gases que ponen en peligro las personas que las utilizan». Por ahora, son los delegados sindicales de prevención y salud laboral los que realizan estas comprobaciones técnicas. De aquí que los sindicatos, hartos de los avisos a los mandos, hayan hecho saber a la dirección que en caso de «constatar que no se ha revertido la situación, se denunciarán los hechos a la Inspección de Trabajo a fin y efecto que «dé instrucciones claras al Departamento de Interior sobre el futuro de las furgonetas afectadas».

Problemas con los vehículos también en las ARRO

No es la única vez que los Mossos de orden público tienen problemas con los vehículos. También las Áreas Regionales de Recursos Operativos (ARRO) sufrieron con la incorporación en su parque móvil de las flamantes furgonetas Volkswagen Krafter. Un modelo que era parte fundamental de la renovación de la flota de las unidades regionales de orden público. Estos vehículos tuvieron que pasar por el taller para levantarles la suspensión porque chocaban con las aceras, cuando un vehículo pensado para este servicio tiene que poder superar con comodidad estos saltos.

Además, las defensas delanteras, los aparatos que protegen la parte frontal de los vehículos, también se mostraron muy débiles, igual que las instaladas en las furgonetas de la Brimo. Finalmente, el área de apoyo técnico hizo pasar los vehículos por el taller para levantar la suspensión de estos vehículos que tenían problemas graves de maniobrabilidad, puesto que era difícil subirlos a las aceras.

Agentes del ARRO de los Mossos d'Esquadra sin identificación delante en un dispositivo/Quico Sallés
Agentes del ARRO de los Mossos d’Esquadra en una actuación/Quico Sallés
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