Un 64% de los catalanes no ha utilizado nunca la inteligencia artificial (IA) en el último año, y el porcentaje de los que se resisten se dispara hasta el 88% en la franja de más de 65 años. Son datos que se desprenden de la encuesta de Metroscopia realizada para el foro Periodismo 2030 y la Fundación AXA, presentada en Barcelona. Los datos de Metroscopia indican que solo el 14% de catalanes usan la IA de manera habitual y que no pasa del 22% los que la utilizan de manera puntual. En cambio, a la pregunta de si piensan que Barcelona tiene capacidad para convertirse en una potencia europea de la tecnología, el 82% de los encuestados responden que sí. Y un 50% piensan que la ciudad va en la buena dirección para convertirse en esta potencia tecnológica en Europa. Paralelamente, un informe de Ipsos presentado en el mismo acto refleja que expertos de todo el mundo sitúan las vulneraciones de la ciberseguridad y el uso inadecuado de la IA entre las principales amenazas que enfrenta la humanidad ahora mismo, junto con la emergencia climática, que ocupa el primer lugar en la lista de preocupaciones de ciudadanos y expertos.
Los datos se hicieron públicos este miércoles en la presentación en la Cámara de Comercio de la XI edición del Informe de Riesgos Futuros de AXA, dentro del programa de investigaciones demoscópicas del foro Periodismo 2030, que reúne a periodistas de todo el estado bajo la dirección de Fernando Jáuregui, colaborador de El Món. El Informe, basado en una encuesta mundial de Ipsos a un panel de más de 3.000 expertos de 50 países y a casi 20.000 ciudadanos de quince estados, fue presentado por el director de la Fundación AXA, Josep Alfonso, quien señaló que una «policrisis continua y evolutiva» es el principal riesgo de futuro percibido por la sociedad, seguido de que el sentimiento de vulnerabilidad ante los riesgos tecnológicos aumenta en los últimos años. Los riesgos vinculados a la IA y el Big Data, que nunca habían superado la sexta posición en el Top 10 de riesgos emergentes, en 2023 subieron a la cuarta posición, según la opinión de los expertos consultados, y en 2024 se ha mantenido.
Cambio climático y ciberseguridad
Los riesgos derivados de la ciberseguridad, que desde 2018 los expertos de todo el mundo situaban entre las tres principales amenazas para el planeta, cayeron en 2024 de la segunda a la tercera posición, tanto a escala mundial como en el estado español. Así, ha quedado por detrás de la inestabilidad geopolítica y el cambio climático, que aparece sistemáticamente como el principal peligro para los encuestados de todos los continentes en los últimos cinco años.
En cuanto a la opinión de la población en general, en el estado español hay una preocupación algo menor sobre estas cuestiones: los riesgos relacionados con la ciberseguridad se sitúan en la quinta posición, y los derivados del mal uso de la inteligencia artificial y el Big Data, en la décima, por detrás del cambio climático, el terrorismo, las tensiones sociales, las pandemias, la inestabilidad geopolítica, la inestabilidad financiera o los riesgos energéticos, fundamentalmente. La conclusión es que los expertos están bastante más preocupados que los ciudadanos por los peligros derivados de la IA y las tecnologías más recientes, un fenómeno que se da a escala mundial, en los cinco continentes.
Coloquio de cuatro expertos en tecnología
El acto, bajo el título Barcelona, capital europea de la nueva tecnología: riesgos y ventajas de lo que viene, fue presentado por Fernando Jáuregui y también intervinieron el director de la Cámara de Barcelona, Roger Guasch, y la segunda teniente de alcalde de Barcelona, Maria Eugènia Gay, que clausuró la jornada, en la que cuatro expertos debatieron sobre los riesgos y su percepción y sobre el papel de la ciudad en el coloquio Barcelona, capital europea de la nueva tecnología.
Moderados por el decano del Colegio de Periodistas de Cataluña, Joan Maria Morros, intervinieron el fundador de AI Create, Luis Moreno; el director de proyectos tecnológicos de la Mobile World Capital (MWC) Barcelona, Eduard Martín; el secretario de Telecomunicaciones y Transformación Digital de la Generalitat, Albert Tort; y el director del departamento de CASE del Centro de Supercomputación, José María Cela.

Tort ha explicado que la gestión de riesgos debe permitir aprovechar las oportunidades y ha destacado que la ciberseguridad y la inestabilidad están estrechamente relacionadas con la sensación de seguridad y de confianza en el sistema. Ha admitido que hace falta un esfuerzo para «visualizar» las amenazas en el campo del ciberespacio y las medidas que toma la administración para combatirlas, «menos visibles que un dispositivo policial en el espacio físico». Para Tort, sería una manera de aumentar la concienciación de los ciudadanos respecto a peligros como las ciberestafas. «Debemos dejar de confundir la habilidad con la madurez, se puede ser muy hábil moviéndose en el mundo ciber pero muy poco maduro en cuanto a la conciencia de la vulnerabilidad propia», advirtió.
Se necesita más formación
Por su parte, Moreno señaló que es necesario «educar» en cómo evitar los riesgos tecnológicos que van apareciendo, pero también advirtió que en Europa la manera en que se gestiona la regulación termina siendo un obstáculo para la innovación, algo que en Estados Unidos no ocurre y por eso llevan muchos años por delante. «Europa debe dejar de regular tanto o de la manera que lo hace», reivindicó.
Cela destacó que se «sobrevalora la tecnología» incluso como riesgo, y que el reto principal es la energía y el agua, y se preguntó de dónde saldrá la energía para hacer frente a la electrificación del parque de automóviles. Aun así, también subrayó que «no hay suficiente conocimiento» sobre lo que puede pasar en unos años, en los que habrá «dispositivos cuánticos que romperán las criptografías» y generarán un grave agujero de seguridad que no está claro que la sociedad sea capaz de contrarrestar.
Martín coincidió en que la energía debería ser la principal preocupación, ya que “es la base de todo”, y también puso el acento en el hecho de que la sociedad digital es «mucho más compleja que la de décadas anteriores, mucho más que la de los años 50 y 60» del siglo XX. «Ha cambiado la manera de relacionarnos, hemos dado un salto de era, un salto cuántico, sin darnos cuenta, en pocas generaciones, y hace falta mucha más formación para afrontarlo», remarcó.
En la clausura del acto, Maria Eugènia Gay destacó que Barcelona se ha consolidado como referente tecnológico en el sur de Europa, y añadió que hace falta afrontar con «valentía y lucidez» los riesgos asociados al avance tecnológico. Según la teniente de alcalde, la revolución tecnológica es un campo abonado para la desigualdad, por lo cual «es necesario adelantarse a la velocidad del desarrollo tecnológico».