Este 2023, e inicios del 2024, Cataluña ha sufrido una de las sequías más graves que se recuerdan en el país. Los embalses llegaron a una situación límite que hizo que el Gobierno tuviera que aprobar restricciones y activar la emergencia por sequía. El pasado 7 de mayo, con las lluvias y el deshielo, la Generalitat levantó el estado de emergencia por sequía, puesto que los embalses catalanes presentaban una expectativa de crecimiento alta (que se cumplió, pero las reservas están volviendo a bajar).
Según los cálculos -elaborado con un simulador- que ha hecho la Agencia Catalana del Agua, la población que se alcanza del agua del sistema Ter-Llobregat habría estado más de nuevo meses sin agua a los embalses en los últimos tres años si desde las administraciones no se hubieran tomado medidas de ahorro y se hubieran buscado nuevos recursos hídricos y de suministro. El simulador de la ACA ha señalado que la suma de las medidas y los nuevos recursos ha conseguido tener 396,65 hectómetros cúbicos al sistema Ter-Llobregat. El director de la ACA, Samuel Reyes, ha explicado que este visor de la agencia permite comprobar si son efectivas las medidas impuestas. Reyes, pero, ha querido tirar un recordatorio a la población catalana, «la sequía todavía no ha acabado».

Los cálculos de la ACA
Según ha indicado el simulador, desde julio del 2021 se han aportado 235,86 hectómetros cúbicos de agua provenientes 181 de las desalinizadoras, 47 del agua regenerada prepotable y 7 del agua regenerada para riego, una aportación que en caso de no haber existido habría hecho que Cataluña estuviera más de seis meses (187 días) sin agua a los embalses. Los cálculos de la ACA también indican que las restricciones al consumo ha hecho que se hayan ahorrado 160,79 hectómetros cúbicos provenientes 95 por la reducción de los caudales de mantenimiento en los ríos, 52 por las restricciones al regadío y 13 por las restricciones a usos urbanos, un ahorro que sin él Cataluña habría estado 66 días sin agua a los embalses.
La ACA también trabaja de cara en el futuro y alerta que, las peores previsiones (si no lloviera más y no se pudieran hacer nuevas aportaciones de agua) haría que el sistema Ter-Llobregat pasara a fase de alerta a excepcionalidad en noviembre y a emergencia el febrero de 2025. Desde la ACA, pero, han recordado que a finales de año entrará en servicio una nueva potabilizadora en el río Besòs, que permitirá aportar 400 litros por segundo y destacan que administraciones y empresas están mejorando el ahorro de agua. A pesar de esto, Samuel Reyes está preocupado por la situación de algunos municipios del Priorat y el Baix Camp, que todavía sufren restricciones por falta de agua a los embalses de la zona; un hecho por el cual la ACA no mujer por cerrada la sequía, puesto que no todas las zonas de Cataluña han salido.